Hay que tener cuidado caer en la trampa de que para solucionar uno o varios problemas, tengamos que crear otros. En el ámbito fiscal, el Gobierno Bolivariano debe evitar nuevos gastos (para compensar correcciones) que acentúen más algunos vicios de un Estado con demasiadas cargas sociales
Son comprensibles los dilemas que enfrentan los responsables de la formulación y ejecución de las políticas económicas del país, dado que solucionar muchos de los problemas que aquejan al pueblo venezolano, implican medidas que tienen ciertos efectos traumáticos en lo social, pero que son necesarias para curar la economía.
¿Alguien se dejaría de desinfectar una gran herida porque es un proceso muy doloroso? La lógica indica que la respuesta definitiva a esta interrogante es un rotundo no, más si existe el riesgo de que si no se desinfecta la herida, la misma pueda derivar en gangrena con una posible amputación.
Igual es una sociedad, una empresa, un país. Cuando se tienen heridas profundas como la inflación, escasez, producción insuficiente de bienes y servicios básicos, problemas graves de calidad en servicios públicos como la electricidad, los hospitales y las vías de comunicación, inseguridad, etc, el país tiene que someterse a un proceso de cura por muy doloroso que sea.
También pasa cuando nos hacemos un examen médico y nos sale el colesterol y los triglicéridos altos, aunado a un cuadro de sobrepeso con antecedentes de familiares con enfermedades cardiovasculares. ¿Qué tenemos que hacer? Dieta, ejercicios y bajar el consumo de alcohol.
El principio hedonista inherente a cada ser humano, ese que describe la búsqueda innata del placer y la huida al dolor, hace comprensible que algunas medidas que se tienen que tomar en el país, resulten impopulares y –por derivación- tenga algunos costos políticos.
Pero los costos se recuperan con el tiempo. Así como en una empresa se realizan inversiones y se recurre a costos para que en el mediano y largo plazo las ventas crezcan y mejore la rentabilidad, en un país debemos verlo de la misma manera.
No obstante, hay que tener cuidado caer en la trampa de que para solucionar uno o varios problemas, tengamos que crear otros. En el ámbito fiscal, el Gobierno Bolivariano debe evitar nuevos gastos (para compensar correcciones) que acentúen más algunos vicios de un Estado con demasiadas cargas sociales.
El campanazo dado por una figura indudablemente revolucionaria como Alí Rodríguez Araque, va en esa dirección. “Yo me caracterizo por poner los pies sobre la tierra y veo problemas que hay que resolver en el ámbito económico. No tengo empacho en decirlo. Hace falta definir mejor los perfiles de la política económica. Hay que hacer ciertas definiciones estratégicas que no están suficientemente claras» Agregó que: “Está demostrado que el Estado no puede asumir todas las actividades económicas». Interesantes reflexiones de un gran revolucionario para dejar de seguir deshojando la margarita.
Miguel Pérez Abad