La defensora del pueblo, Gabriela Ramírez, reconoció que ha habido “fallas” en la importación y distribución de medicamentos en clínicas y hospitales
A la larga lista de insumos y equipos médicos que escasean en el país, ahora se le suma la anestesia, producto esencial en las intervenciones quirúrgicas que le bloquea al paciente la sensibilidad táctil y dolorosa para no sentir dolor.
Nerio Bracho, presidente de la Sociedad Venezolana de Anestesiología, informó que hay 90% de déficit en los anestésicos inhalados, por lo que han debido optar únicamente por los intravenosos para poder operar.
“En este momento no hay agentes anestésicos inhalados. El que había, sevofluorane, lo compró el gobierno, por lo que las instituciones públicas están abastecidas, pero las privadas no”.
Para algunos pacientes es indiferente si se utiliza la anestesia inhalada o la inyectada. Sin embargo, hay casos en los que una u otra son más favorables. “Los pacientes asmáticos reciben mejor la inhalada o quiénes tienen problemas hepáticos pueden beneficiarse más con la intravenosa”.
Suspendidas cirugías electivas
Al menos siete clínicas de Caracas están optando por suspender hasta nuevo aviso las cirugías electivas y atender únicamente las más complejas o de emergencia por la falta de este insumo. “Se habla hasta de 8.000 pacientes en todo el país en cola para ser operados”.
Dos de las clínicas afectadas por esta situación son la Policlínica Metropolitana y el Centro Médico Docente en San Bernardino, donde se han tenido que suspender la cirugías electivas, según confirmó una fuente médica.
Por su parte. en el Hospital de Clínicas Caracas (HCC), la situación no es crítica, pero igual es preocupante. Roberto Carlos Moreno, médico de esa institución explicó que tienen un inventario de seis meses y que en estos momentos éste se encuentra para tres meses.
«Tenemos anestesia para tres meses y hasta los momentos en el Hospital de Clínicas no se ha suspendido ninguna operación a pesar de que la situación es muy grave, tenemos carencias para operar regularmente”.
Déficit para administrar anestesia
A esta situación, además de la falta de fármacos, se le suma la deficiencia en los equipos para administrar la anestesia, debido a la fuerte escasez, las clínicas no cuentan con tubos endotraquiales, máscaras, circuitos de anestesia y catéteres.
Así lo indicó Bracho, agregando que el “gran perdedor es el paciente y el anestesiólogo debe adaptarse a lo que tiene”.
El desabastecimiento en equipos y materiales médicos responde a la lentitud en las importaciones, sobre todo por la falta de liquidación de divisas a tiempo por parte del Centro de Comercio Exterior.
Defensora del pueblo acepta fallas
Gabriela Ramírez, defensora del pueblo, dijo que era “absolutamente desproporcionada la petición de declaración de emergencia humanitaria”, solicitada por la Asociación Venezolana de Clínicas y Hospitales Privados, la Academia de la Medicina y otras sociedades médicas.
El pasado miércoles, en una entrevista por televisión, la defensora reconoció que en algunas clínicas ha habido «fallas» con la importación y distribución de medicamentos y que sobre eso han estado dialogando.
“La admisión de este problema por parte del ministro de Salud lo que quiere decirle al pueblo es que estamos abocados, que se está atendiendo y que implica un esfuerzo importante por parte del Estado”.
Aplaudió la aprobación en la Asamblea Nacional de la ley de protección a las personas con VIH/Sida. “Establece que debemos abolir y erradicar el estigma que recae sobre las personas que viven con VIH/Sida”.
Migración agrava déficit de anestesiólogos en el país
El presidente de la Sociedad Venezolana de Anestesia, Nerio Bracho, señala que el déficit ronda de 20% a 30%, y agrega que aunque se trata de un porcentaje promedio que responde a una tendencia mundial, en el país influyen otras variables que profundizan el problema.
«Hay fallas en el equipamiento, deficiencias en el suministro de fármacos porque hay que recordar que 95% de los agentes anestésicos se producen fuera de Venezuela y por supuesto, los problemas que enfrenta el recurso humano en los hospitales como los bajos salarios e inseguridad, sólo por mencionar algunas razones».
Bracho ejemplifica la situación, explicando que, «en el Hospital Vargas hay diez puestos vacantes de anestesiólogos, y en el J. M de los Ríos la capacidad es para 28 y quedan cuatro, bien sea porque renuncian, se jubilan o deciden irse del país”.
Bracho agrega que en los últimos cinco años también ha aumentado la cantidad de anestesiólogos que son absorbidos por centros de salud privados, lo que ha desequilibrado la cantidad de especialistas que anteriormente también ejercían en el sistema público.
Shirley Zambrano