El diputado a la Asamblea Nacional, Miguel Ángel Rodríguez, quien encabezó entre 2011 y 2013 la denominada «cruzada nacional hospitalaria» y solicitó al Ministerio Público investigar la gestión de los últimos cinco ministros de la salud y sus equipos de infraestructura y dotaciones hospitalarias, sentencia hoy como urgente revisar y revertir los acuerdos que en materia de medicinas, equipos e insumos médicos, mantiene el gobierno nacional con la administración de Fidel Castro en Cuba.
«Los negocios chimbos con Cuba, detonan nuestra emergencia nacional, puesto que es la destrucción del sistema nacional de salud pública lo que aumentó la presión sobre el sector privado y ahora, las enormes deudas con proveedores serios, distintos a Farmacuba y al propio Fidel Castro, hacen que la crisis sea general, con insuficiencias entre el 70 y 80 por ciento y, en algunos casos, llegando a fallas totales», señaló.
Recuerda Miguel Ángel Rodríguez que desde el 2006, el presidente Hugo Chávez rompió el proceso de licitación sustentado en requerimientos técnicos establecidos por un equipo de expertos en el área sanitaria del Ministerio de Salud, para entregarle el negocio directamente a su mentor revolucionario Fidel Castro.
«El propio dictador echó el cuento en una carta, cuando para justificarse con su gobierno socio en Miraflores, destapó un escándalo con las firmas Philips y Siemens. Castro, igual que ha sucedido con alimentos, con cemento, con medicinas y hasta con el petróleo excedentario venezolano que revende luego para lucro de su gobierno, también fue empoderado como la rosca de la intermediación de equipos e insumos médicos. Es decir que desde ese año, con un negocio que se inició con cerca de 73 millones de dólares por unos 3000 equipos y materiales médicos, somos los bolsas a los que Castro le revende».
Dice Rodríguez que en cada tomógrafo dañado, en cada rayos x no repuesto, en cada equipo prometido que nunca llegó y que dejó obsoleto un quirófano o una sala de terapia intensiva, o un servicio completo en cualquier centro público, hay que «revisarle la barba a Fidel y recordar la entrega que Chávez le hizo, como para entender que esos vínculos deben ser revertidos de inmediato.