UN ¼ DE TEATRO

 

De los 23 montajes vistos destacamos: el unipersonal “La culomántica” del dramaturgo José Simón Escalona, con la memorable actuación de Nacarid Escalona

Hemos disfrutado de una espectacular degustación de teatro breve o microteatro organizada por la empresa Urban Cuplé (funciona en los espacios del cerrado Bingo Seven Star, en el CCCT) y con la entusiasta participación de 23 agrupaciones en igual número de minisalas, las cuales estarán en escena con sus peculiares montajes hasta el 21 de septiembre.
Acudimos  a la segunda entrega del Teatro ¼ o Microteatro Venezuela, cuyo fin último, según sus directivos (Robert Chacón, Malala Dubuc y Dairo Piñeres), es mostrar un amplio abanico de propuestas estéticas y darle una valiosa oportunidad a los teatreros para que revelen sus creaciones, precisamente ante la ausencia de espacios que exige una programación planificada y pensada en función de más y nuevos espectadores.
Fuimos, pues, durante  cuatro noches seguidas para ponderar la globalidad de los espectáculos ahí programados. No era difícil asumir que lo que presenciábamos era un teatro reducido a 15 minutos de representación y  creado en función de un espacio mínimo y para no más de 30 espectadores.
La calidad de los montajes y la entrega de sus comediantes, nos convenció de que se trataba de un experimento serio o una búsqueda de nuevos lenguajes  y propuestas capaces de atrapar al público y llevarlo deambulando de sala en sala durante cada jornada y dejarle así una serie de interrogantes plasmados de manera lúdica.
Esta segunda muestra de microteatro  puede superar todas las expectativas. Son   más de 70 actores que se presentarán 6 veces por noche con obras de un cuarto de hora cada una, durante seis semanas, de miércoles a domingos. Un gran total de 3.960 funciones se realizarán en esta gran feria teatral, sinónimo de encuentro, de sano entretenimiento, de cultura, de diversión. ¡Marcara la historia cultural!

Destacados

1. De los 23 montajes vistos destacamos: el unipersonal “La culomántica” del dramaturgo José Simón Escalona, con la memorable actuación de Nacarid Escalona, está en la Sala 1. Texto farsesco, trasgresor, preñado de buenas intenciones, que impacta y divierte por la jocosa “lectura” de tan fundamental orificio con esfínteres del cuerpo humano. El espectáculo ha contado con vari@s espontáne@s que participan y piden que sus anos sean “leídos” por la culomántica actriz, quien satisface  peticiones y regocija así a la audiencia.

2. En la sala 4 aflora el absurdo y el realismo criollo de “En el mar la vida es más sabrosa”, sainete bien escrito y dirigido por Gladys Prince, con la impactante actuación de Simona Chirinos, acompañada por Eudimar Ferreira.

3. El drama “Vías cruzadas” de Indira Páez, dirigido por Dairo Piñeres y las caracterizaciones de Dayra Lambis y Luis Vicente González, estremece la sala 5.

4. “Baño sin rebaño”, comedia en versión libre de Marianella Alonzo, con las actuaciones alternadas de Maribel Zambrano (la más patética), Vanessa Senior, o Vanessa Pérez, dirigida atinadamente por Manuel Bastos; todo sucede en un baño, transformado en la sala 6, y enseña lo que sucede en esos lugares con las damas.

5. “Corazón delator” de Edgar Allan Poe, impactante drama versionado y conducido por César Sierra, en la sala 8, con caracterizaciones alternadas de Gabriel Agüero y Juan Bautista.

6. Destacamos a José Luis Useche, quien dirige y actúa su delicioso sainete contemporáneo “Un café para los 2, en la sala 9, con la reposada actuación de Juliet Lima.

7. Diana Volpe dirige en la sala 10 la divertida farsa de Fernando Azpúrua: “15 Segundos”, cuyos personajes ensayan para filmar una película pornográfica”, con interpretaciones, alternadas, de Rossana Hernández, Darwin Barroeta, Paul Gámez y Lismar Hernández.

8. En la sala 11 destaca “Escena de un crimen”, farsa bien escrita y precisa dirección de Carlos Castillo y Carlos Díaz, con la compleja caracterización de Andreina Mesa.

9. La comedia “Madame Pythie” de Oswaldo Maccio, saga de realismo mágico, con dirección de Gabriel Agüero  y el brillante duelo actoral de Daifra Blanco y Elvis Chaveintte, en la sala 12.

10. Ricardo Nortier escribe, dirige y actúa su sainete absurdo y costumbrista “¿Todo bien?”, acompañado de Orlando Paredes, en la sala 14.

11. “Feroz” está en la sala 17; farsa escrita por Fernando Martínez sobre el cuento desacralizado de “Caperucita y el lobo feroz”, dirigida por Marisol Martínez y Arnaldo Maal.

12. Juan José Martín participa con el absurdo “Sutro”  de Ana Melo,  en la sala 18.

13. Marialejandra Martín dirige en la sala 19 la comedia “Psicopatía Jaula” de Julie De Grandy, con las actuaciones de Beatriz Vázquez y Paula Woyzechowsky.

14. En la sala 21 destaca el melodrama “Una tarde en Saint Tropez” de César Sierra, reflexión sobre la vejez de una arruinada pareja de gays; dirige Oswaldo Estrada Rondón y tiene las conmovedoras actuaciones de Gonzalo Cubero y Elio Pietrini. Consuelo Trum dirige “La audición”, deliciosa comedia de Indira Páez.

Microteatro
El teatro breve o microteatro no es invento del siglo XXI. Se han mostrado muchísimas obras mínimas en épocas anteriores, lo que sucede es que el teatro se comercializó de tal manera con su exhibición, a lo largo de los dos últimos siglos, en espacios monumentales, dejando de lado todo lo que fuese breve  para justificar así el cobro de los boletos  para ver una comedia de dos horas como mínimo  y obtener por supuesto un lucro para ser repartido  entre empresarios o dueños de los espacios  y los artistas. Con la llegada de la crisis financiera en Europa, la de este siglo XXI, los  españoles buscaron espacios más reducidos o menos costosos. Fue así, como en Madrid, durante la temporada 2009, en un burdel abandonado, se instaló el primero, para mostrar  obras minúsculas. Reseña la prensa madrileña que “los sórdidos espacios que antes ensayaran la estridente declamación de los gemidos propiciaban ahora un novedoso formato escénico: el limítrofe teatro de mínimos: una obra muy corta y buscadora tenaz del clímax, la indecorosa confinidad como único hábitat, y todo hecho ‘por dinero’, ya que una de las premisas de este proyecto ha sido la del autoempleo. Un hijo teatral de la crisis que ha encontrado nuevos caminos de crecimiento…El público lo recibió como algo fresco, un revulsivo, ¿un orgasmo?, capaz de atraer a los que huyen de la pompa de los rituales escénicos más ortodoxos. A esa pequeña escena la llamaron microteatro”. Un método que han exportado a Buenos Aires, Bogotá y Miami, y que tienen pensado expandir a Berlín y Barcelona. Aquí en Caracas, José Simón Escalona hizo varias muestras de microteatro en la sala Alberto de Paz, antes del año 2006

EL ESPECTADOR
Edgar Moreno Uribe

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