Los resultados de la encuesta de coyuntura industrial del II trimestre del año, elaborada por Conindustria, confirman una tendencia negativa en el comportamiento del sector manufacturero venezolano, al punto que todas las variables consideradas en el muestreo se mantienen en el rango de regular a malo.
De esta manera, y a pesar de que no se han dado a conocer las cifras oficiales correspondientes al desempeño de la economía en el primer semestre del año, se puede observar que la situación de la industria nacional, de acuerdo a los encuestados, sigue deteriorándose ante la imposibilidad de mantener sus niveles de actividad lo que, a su vez, le impide planificar inversiones para incrementar su producción y satisfacer así la demanda.
En cuanto a la variable producción, se observa que 65% de los encuestados aseguraron que disminuyó poco o mucho y no hay mayores diferencias entre pequeña, mediana y grande. Los porcentajes son muy similares.
Los inventarios muestran el peor resultado desde el 2004. El 83% de los consultados en el sector de maderas y muebles aseguró que sus inventarios disminuyeron; lo mismo dijo 81% de los que pertenecen a los sectores textil, confección, cuero y calzado, y papel y cartón.
En el caso del sector de productos metálicos, 71% de las empresas encuestadas afirmó igualmente que sus reservas estaban en caída. Es importante destacar que en ninguno de los sectores las respuestas positivas superaron a las negativas. En promedio, 73% de los industriales una caída en sus inventarios.
Al preguntar sobre las expectativas para el tercer trimestre del año, 38% señaló que eran malas; 48% dijo que regular y sólo 14% consideran que son buenas.
Probablemente por esa razón, 44% de los consultados aseguró que no invertirá en lo que resta de 2014.
La capacidad utilidad continúa disminuyendo al pasar de 53,88% en el segundo trimestre de 2013 a 50,49% en el mismo período del presente año, lo que representa una caída de 3,84%, situación que afectó a la grande, mediana y pequeña por igual.
Con respecto a los factores que restringen el aumento de la producción, vuelve a colocarse en el primer lugar la falta de divisas, seguida por la escasez de materias primas, mientras que la incertidumbre jurídica ocupa el tercer escalón.
Según la institución, desde que comenzó el presente año, el sector industrial ha sentido cada vez más el rigor del racionamiento en la entrega de las divisas necesarias para mantener y aumentar los niveles de producción. Esto se ha traducido en parálisis de líneas de producción e, incluso, de empresas ante la falta de materias primas e insumos para continuar sus actividades. NP