El presidente de Fedecámaras, la principal patronal venezolana, Jorge Roig, instó hoy al Ejecutivo a tomar decisiones ante la «gravísima crisis» del país, que, según dijo, se va a traducir en una contracción del PIB del orden del 4 ó el 5 % este año.
«El Gobierno no termina de tomar las decisiones que amerita la gravísima crisis que está profundizándose cada día», declaró Roig en una rueda de prensa, en la que también aseguró que la deuda del Gobierno con el sector privado asciende a 9.000 millones de dólares.
Venezuela arrastra un enfriamiento de su actividad económica no cuantificada oficialmente en lo que va de año, con altos índices de inflación, que en mayo, cuando se difundió la última cifra por el Banco Central de Venezuela (BCV), superaba un 60 % interanual.
También se enfrenta a agudos problemas de escasez de productos básicos.
Ni el BCV ni el Gobierno han hecho público todavía ningún dato parcial del comportamiento del Producto Interior Bruto (PIB) en lo que va de 2014, año para el que el Gobierno fijó una meta de crecimiento del 4%, tras el 1,6 % de 2013.
Roig reclamó al BCV los datos actualizados y reveló que, según cálculos de la patronal, en el primer semestre de 2014 esperan una contracción del 4 % en el Producto Interior Bruto (PIB).
«Creemos que ésta ya es una situación casi irreversible y probablemente lleguemos a culminar el año con cifras cercanas a una caída del PIB entre 4 % y 5 %», añadió.
Para tratar de impulsar la economía el Gobierno se reunió a principios de año varias veces con el empresariado, incluido Fedecámaras, para conocer de primera mano los problemas a los que se enfrentaba el sector, encuentros que, según Roig, no se dan desde hace más de dos meses.
«Le pedimos al Gobierno nacional nuevamente que volvamos a constituir esas mesas de diálogo», propuso.
En esas reuniones, el Ejecutivo se comprometió, entre otras cosas, a cancelar el 30 % de la deuda, de alrededor de 9.000 millones de dólares, que, según Fedecámaras, por entonces mantenía con el sector privado en concepto de liquidación de dólares dentro del control de cambio existente en el país que deja en manos del Estado la compraventa de las divisas.
El presidente de Fedecámaras afirmó que el Gobierno «cumplió tarde pero cumplió» con esa liquidación, pero que a día de hoy la deuda con los empresarios «nuevamente está en 9.000 millones de dólares», por los retrasos en los diversos mecanismos de cancelación y entrega de divisas que utiliza el Ejecutivo.
Roig rechazó también la propuesta anunciada por Maduro hace unas semanas de un sistema para controlar las ventas a través de máquinas captahuellas con el fin de reducir los problemas de escasez de productos básicos que, según el Gobierno, genera el contrabando y que es tildado por la oposición política como una medida de «racionamiento».
«A nombre de todo el sector empresarial y de todos los comerciantes del país pedirles excusas a los venezolanos por someterlos a un humillante proceso de marcar la huella para comprar sus alimentos», afirmó Roig.
Maduro dijo este martes que el mecanismo de captahuellas será de uso voluntario en los establecimientos privados, días después de que ordenara su aplicación obligatoria tanto en públicos como en privados.
«Estamos confundidos con el discurso oficial. Una vez más lo que pasa es la mala comunicación de cómo se implantan las medidas», afirmó.
«Ha sido muy mal implementado, muy mal ejecutado, muy mal explicado y eso se presta a las elucubraciones», aseguró sobre esta nueva iniciativa del Gobierno. EFE