Pretender indicar que los altos volúmenes de contrabando de extracción se dan por que el padre de familia de la esquina que va a comprar cuatro paquetes de harina precocida es un contrabandista es un ardid, es impropio de un gobierno revolucionario
Estamos viviendo una de las situaciones más críticas en la historia de nuestro país. Como militante bolivariano y creyente desesperado en la idea revolucionaria estoy seguro que deberíamos estar en una mejor situación que la que estamos viviendo actualmente. Para eso es la revolución, por eso votamos por una revolución, por que debía ser el motor que nos enrumbara con energía apodíctica al cumplimiento de nuestro destino manifiesto, y nuestro destino no debe ser otro que el de estar en el término de lo posible dentro de las diez primeras economías del mundo con un sólido poderío económico, político y militar. Sin embargo hoy después de 15 años de gobierno revolucionario ha sido poco lo que se ha andado en ese sentido. Seguimos siendo una economía de puertos monoproductora donde se exporta materia prima (petróleo) para importar todo lo que se consume internamente, con una burguesía parasitaria antinacional y un estado absurdamente populista, demagogo, burocrático, anacrónico y disfuncional.
Ante la inexistencia de políticas agresivas para crear un aparato industrial desarrollado y el apalancamiento de una burguesía que asuma como rol histórico el desarrollo de un capitalismo industrial pujante, creativo, audaz y desesperadamente nacional surge como consecuencia implacable el grave problema de abastecimiento, escasez e inflación que vivimos absurdamente los venezolanos hoy en día. Y es ante ese estado de cosas que el gobierno pretende instaurar una medida absurda e impopular, lo cual me motiva como revolucionario a generar este escrito, como es la implantación del llamado sistema biométrico, el cual no es mas que la implantación de maquinas captahuellas en los centros de expendio de mercancías tanto públicos como privados. La razón principal de su implantación, según el gobierno, es el combate al contrabando. Titulé mi escrito que la implantación de este sistema es una vergüenza para el país y voy a argumentarlo:
** Es una vergüenza porque es una medida falaz, absurda, impopular y engañosa de un gobierno que tiene como bandera la revolución. Por que esta medida en nada afecta al contrabando. El contrabando es una actividad llevada a cabo por mafias binacionales bien organizadas que funcionan a altos niveles de la cadena de producción (fábricas y distribuidoras) y que normalmente esta amparada por toda una red de funcionarios militares y civiles de todos los rangos. Pretender indicar que los altos volúmenes de contrabando de extracción se dan por que el padre de familia de la esquina que va a comprar cuatro paquetes de harina precocida es un contrabandista es un ardid, es impropio de un gobierno revolucionario. Se establece un estado de sospecha general en toda la población común. Por ello es un sistema degradante y humillante que resulta inaceptable.
** Es una vergüenza por que el fin primordial de la medida es establecer un racionamiento de facto para crear una falsa e ilusoria sensación de abastecimiento coartando derechos fundamentales del ciudadano al limitar la capacidad de compra del venezolano todo ello como producto de un estado de cosas al que se llega por la incapacidad de reactivar e impulsar el aparato productivo nacional. Este sistema promoverá la cultura de la corrupción amen de con el se traslada al pueblo los controles, los sacrificios y las restricciones que terminan teniendo su origen en políticas ineficaces.
** Es una vergüenza por que la aplicación de esta media es un retroceso para el país. Cuando en los albores del siglo 21 debiéramos proyectarnos como un Estado moderno, funcional, con la solvencia económica y productiva para satisfacer todas las necesidades de sus ciudadanos, nos encontramos con que esta es una medida anacrónica que nos coloca al mismo nivel de atraso de países comunistoides del tercer mundo.
** Es una vergüenza por que su aplicación demuestra el nivel de deterioro económico en que se encuentra nuestro país, evidenciando que las políticas que hemos implementado como gobierno revolucionario han fracasado y que hemos sido incapaces de explotar en forma audaz y revolucionaria toda la potencialidad que nos ofrece este país para ponerla al servicio de nuestra población.
Franklin Soler | Aporrea.org