La huelga fue convocada en rechazo a la caída del empleo, a un impuesto a las ganancias que afecta gran parte de la masa de trabajadores
Con cortes de rutas arrancó este jueves en Argentina la segunda huelga nacional del año, convocada por las tres centrales obreras opositoras a la presidenta Cristina Kirchner, que buscan paralizar el país en demanda de mejoras salariales, en momentos en que la economía está en declive.
El gobierno minimizó la protesta al sostener que “el 75% de los trabajadores no adhirió al paro”, afirmó el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich en su habitual rueda de prensa.
Grupos sindicales y partidos de izquierda radicalizada realizaron desde la madrugada del jueves cortes y piquetes en los principales accesos a Buenos Aires para impedir el paso de algunos transportes públicos, como taxis y autobuses que no se plegaron al paro, hacia la Capital, que a diario recibe a más de un millón de personas desde la periferia, que suma a su población de tres millones de habitantes.
La huelga fue convocada en rechazo a la caída del empleo, a un impuesto a las ganancias que afecta gran parte de la masa de trabajadores y a una inflación en constante aumento, en un clima de presión sobre la moneda e incertidumbre financiera por un bloqueo judicial de pagos de la deuda en Estados Unidos que empujó a la tercera economía de América Latina a un default selectivo.
Maquinistas de trenes, bancarios, portuarios, trabajadores aeronaúticos, empleados de hospitales públicos y camioneros son algunos de los poderosos gremios que pararon sus actividades por 24 horas este jueves y se sumaron a otros sindicatos minoritarios que el miércoles empezaron la huelga por 36 horas.
AFP