Venezolanos se refugian en medios digitales ante «censura» en los tradicionales

child_internet

El análisis político del blog Prodavinci.com, de Ángel Alayón, atraía algunas decenas de lectores cuando comenzó hace cinco años. Este año, los visitantes únicos mensuales al sitio del economista ascendieron a 239.000, el tipo de crecimiento que se ha vuelvo típico últimamente en este país hambriento de noticias.

Los venezolanos no sólo siguen la tendencia global de pasar de los medios tradicionales a los medios en línea. Se han visto obligados a buscar alternativas conforme los diarios y las emisoras hacen frente a los esfuerzos estatales de controlar la cobertura noticiosa, dicen grupos que defienden los derechos de los medios.

«Había un tipo de periodismo que no veíamos en Venezuela, algo más profundo y reflexivo», afirma Alayón, de 42 años, al explicar el atractivo de Prodavinci.com.

Los medios de Internet y las redes sociales sumaron una mayor cantidad de usuarios per cápita en Venezuela que en cualquier otro país latinoamericano en los 12 meses que terminaron en junio, según la firma comScore. El crecimiento se produjo a pesar de una débil infraestructura de telecomunicaciones y un sector privado que se contrae a medida que la economía se tambalea.

Conforme la audiencia de Internet creció 62%, a casi 10 millones de visitantes únicos en el último año hasta junio, los sitios web de noticias también han proliferado, desde Armando.info y su reporteo en profundidad al agregador de noticias La Patilla y el sitio satírico Chigüire Bipolar, que ridiculiza a los políticos con noticias falsas.

Los sitios de noticias han ayudado a llenar el vacío que se produjo cuando inversionistas con lazos con el gobierno izquierdista del presidente Nicolás Maduro se quedaron con tres importantes medios independientes y redujeron la cobertura crítica, señalan periodistas y defensores de la libertad de prensa.

Mediante el uso de leyes, costosas multas, presión sobre los anunciantes y el control del papel prensa, el gobierno ha acorralado durante la última década a la prensa masiva, sostiene Carlos Lauría, a cargo del continente americano en el Comité para la Protección de los Periodistas, con sede en Nueva York. Al igual que otros defensores de la libertad de expresión, afirma que la intimidación se ha agravado desde que Maduro llegó al poder por escaso margen en abril de 2013, luego de la muerte de Hugo Chávez. Desde entonces, decenas de reporteros han sido detenidos, golpeados y censurados, según Lauría.

El organismo de defensa de los medios Reporteros Sin Fronteras hace poco colocó a Venezuela entre los peores países en su índice de libertad de prensa. El grupo afirma que ha juntado unas 500 quejas de censura en Venezuela desde 2013.

Las medidas contra la prensa continuaron este año, conforme se intensificaron las protestas contra Maduro por la escasez de bienes básicos y la delincuencia rampante. El gobierno bloqueó la señal del canal internacional NTN24, cuya cobertura se centró en las manifestaciones, y expulsó temporalmente a la cadena de noticias estadounidense CNN tras acusar a un equipo de periodistas de producir despachos engañosos.

Mariengracia Chirinos, coordinadora de libertad de expresión del Instituto Prensa y Sociedad, afirma que la mano dura del gobierno llevó a los venezolanos a buscar fuentes de información alternativas. «Había una intensa actividad en línea», señala. «Eso se ha mantenido».

Hasta ahora, el gobierno no ha sido tan enérgico con los medios en línea, aunque las normas que regulan el contenido han sido extendidas a Internet. No hubo respuesta a las llamadas a agencias gubernamentales en busca de comentarios, incluido el Ministerio de Comunicación e Información y Conatel, el regulador de telecomunicaciones.

Comentaristas y políticos también han sumado seguidores en Twitter, TWTR +0.17% al sumar 1,1 millones de visitantes únicos en los 12 meses hasta junio.

Información tomada de The Wall Street Journal

Salir de la versión móvil