Vecinos del populoso sector del municipio Sucre tienen que acumular pipotes de agua en sus casas, lo cual ha propiciado la aparición de casos de dengue y de chikungunya
“¡Acaba de llegar el agua!”. Se empiezan a ver las personas que salen a la calle ha enchufar sus bombas, el chorrito que se deja colar por las tuberías no alcanza para abastecer al sector La Gruta, Barrio San José de Petare Norte, municipio Sucre. No tarda mucho para que aparezcan mujeres y hombres de las comunidades aledañas, cada quien cargando varios pipotes de agua mineral, tobos o cualquier otro recipiente que tengan en sus casas.
Y es que, según denuncian los vecinos de los sectores de La Barra y Escuela Barinas, desde mediados de agosto no reciben suministro del vital líquido por las tuberías, lo que los ha obligado a ingeniárselas de cualquier forma posible.
“Yo no sé qué es lo que está pasando, desde que yo me mudé a este barrio, hace 50 años, siempre tuvimos agua, y es ahora que cumplimos casi un mes sin que nos llegue”, dijo María Rodríguez, una señora de 86 años de edad, quien agregó que desde principios de año se han presentado estas irregularidades en el suministro. “La poquita agua que me llega y que puedo guardar la tengo que repartir entre mis hijos y vecinos”.
Según el Instituto Municipal de Aguas de Sucre (Imas), las fallas en el servicio se deben a que Hidrocapital no bombea la suficiente presión de agua para abastecer a las partes altas de las barriadas del municipio a consecuencia de la sequía de los últimos meses.
Resolviendo
“Se supone que el agua debería llegar los sábados y los martes, pero hace más de un mes que no llega, ni que fuéramos camellos: una tiene sus muchachos, tiene que cocinar, que bañarse”, dijo Aleida Hernández, residente de San José.
Según los vecinos, han tenido que gastar buena parte de sus ingresos en comprar agua mineral o traerla de la estación de bomberos de La Urbina. “Todas las urbanizaciones del Este tienen su agua todos los días, pareciera que los pobres no tienen derecho a bañarse”, dijo Carlos González, residente del sector.
“No dijeron que para el próximo sábado nos va a llegar el agua, no podemos seguir así, todas las semanas tenemos que comprar 6 o 7 galones de agua, y nos cobran hasta 60 bolívares por cada uno”, dijo Juana Coropo, habitante de la zona. “Y ya ni siquiera podemos ir a los bomberos, porque descubrieron que vendían el agua que les pedían, y ahora por uno pagamos todos”.
Un barrio abandonado
“Nos traen el agua cuando les da la gana, nos quieren convertir en camellos, te acercas a las casas y de inmediato te debes alejar por el olor”, dijo Milagros Piño, habitante del sector Escuela Barinas de San José. “Y aquí mismo hay una escuela: no sé cómo le van a hacer cuando empiecen las clases”.
Por su parte Johanna Ávila, vecina de la misma zona, dice que para rendir el agua “tengo que hacer que mis muchachos se bañen en tobos, y con esa misma agua bajo la poceta; solo para cocinar tenemos que gastar 40 bolos diarios”.
“Parece que creyeran que somos camellos o Volkswagens, que no necesitamos agua, ni bañarnos, ni cocinar, ni lavar ni nada”, dijo Irene Ortega, quien agregó que en el sector también se sufre debido a los servicios de recolección de basura y de transporte. “Ahora es que está empezando a mejorar con la recolección de basura, pero no hay ningún carro que quiera subir a San José a partir de las 6 de la tarde. Francamente, San José es un barrio abandonado”.
Definir competencias
El pasado lunes un grupo de residentes de San José fue al centro de operaciones del IMAS en Julián Blanco, Mariche, para solicitar que camiones cisternas surtieran de agua el sector a la vista de las fallas en el suministro por tuberías.
“Nos dijeron que las 4 cisternas con que ellos contaban estaban averiadas, en tal caso nos preguntamos, si el Instituto de Aguas de Sucre está inoperante para atender las necesidades de la población, ¿por qué no lo disuelven?”, dijo Giovanni Martínez, vocero del Consejo Comunal de San José, quien le hizo un llamado al Gobierno Nacional para que se defina quién tiene la competencia en la distribución de agua en los sectores populares, si el IMAS o Hidrocapital. “Ya está bueno con este peloteo, mientras la gente humilde es la que está pasando trabajo”.
Zancudos
“A consecuencia de que todo el mundo por estos sectores tienen que guardar agua, se ha prestado para servir de criadero de mosquitos, ha habido un par de casos de dengue y hasta uno positivo de fiebre chikungunya”, dijo Julia Dávila, miembro del Comité de Salud del consejo comunal de San José, quien agregó, debido a la misma falta de agua, se han visto afectados los servicios de un modulo de Barrio Adentro que opera en la zona.
@LuisGValera
**TESTIMONIOS**
“Creen que somos
camellos”
CARITA 2
María González.
“Desde que yo me mudé a este barrio, hace 50 años, siempre tuvimos agua, y es ahora que llevamos casi un mes sin que nos llegue”
CARITA 3
Carlos González.
“Todas las urbanizaciones del este tienen su agua todos los días, pareciera que los pobres no tienen derecho a bañarse”
CARITA 5
Juana Coropo.
“Ya ni siquiera podemos ir a los bomberos, porque descubrieron que vendían el agua que les pedían, y ahora por uno pagamos todos”
CARITA 7
Irene Ortega.
“Parece que creyeran que somos camellos o Volkswagens, que no necesitamos agua, ni bañarnos, ni cocinar, ni lavar ni nada”