¿Cómo cayó el edificio Nº 7? ¿Qué causó la destrucción de las Torres Gemelas? ¿Fue realmente Osama Bin Laden el autor o más bien el pretexto para una nueva geopolítica de dominación mundial? ¿Dónde estaba realmente escondido Osama Bin Laden durante todo este tiempo? ¿Por qué tardó tanto en ubicarlo el espionaje estadounidense?
El delirio circular de la violencia no cesa. Es permanente. Aún la sociedad estadounidense continúan haciéndose interrogantes sobre aquel fatídico 11 de septiembre de 2001 en varias ciudades de Estados Unidos, cuando fueron atacados varios puntos simbólicos como las Torres Gemelas del centro financiero mundial en New York y el Pentágono en Washington DC.
Después de esos sucesos, se profundizaron dos políticas a nivel planetario de parte del gobierno de Estados Unidos y los países que constituyen la Organización del Atlántico Norte (OTAN): en primer lugar, la prosecución de invasiones en lugares estratégicos de grandes reservas de gas y petróleo, las cuales ya se habían experimentado con la llamada Guerra de las Galaxias (primera invasión a Irak); y en segundo término, las políticas racistas y de discriminación que coincidieron en dichos sucesos con la III Conferencia Contra la Discriminación Racial, realizada en Durban, Sudáfrica del 6 al 11 de septiembre de ese mismo año.
No basta un museo
de la necrofilia
La precisión de los aviones para estrellarse contra las torres gemelas, el entrenamiento de los pilotos y todo el proceso de preparación en un país que tiene el sistema de inteligencia más avanzado del mundo, son hechos que han llamado a la duda a los mismos estadounidenses, que responsablemente siguen insistiendo en que se aclaren las dudas sobre este hecho que causó la muerte de muchas vidas inocentes, tres mil aproximadamente, con un alto porcentaje de afros y migrantes.
Según los periodista Mike Smith, Nolan Higdun y Sy Cowi, en un artículo reproducido por la Red Voltaire, dicen: “Hasta la primavera de 2010, más de 1.200 arquitectos e ingenieros han pedido una nueva investigación sobre lo ocurrido el 11/9. Estos académicos y profesionales de la construcción están motivados por varios elementos: las múltiples explicaciones del Informe de la Comisión 11/9 han resultado probadamente erróneas, las aclaraciones científicas son imperfectas y contradictorias, y los estadounidenses merecen una explicación basada en los hechos”.
En la ciudad de New York, militantes de movimientos sociales critican un museo que fue creado para recordar necrofilicamente siempre estos sucesos, pero que las interrogantes sin respuestas contundentes permanecen como dijeron en una oportunidad los periodista Smith, Nolan y Cowi: «Todavía existen muchas preguntas sin contestar: ¿Cómo cayó el edificio Nº 7? ¿Qué causó la destrucción de las Torres Gemelas? ¿Fue realmente Osama Bin Laden el autor o más bien el pretexto para una nueva geopolítica de dominación mundial? ¿Dónde estaba realmente escondido Osama Bin Laden durante todo este tiempo? ¿Por qué tardó tanto en ubicarlo el espionaje estadounidense? ¿Fue Osama Bin Laden verdaderamente la persona capturada y eliminada en gran secreto en Paquistán o más bien un show para engañar a la opinión pública mundial y justificar la falta de respuestas? ¿Por qué no se le capturó y juzgó entonces? ¿Son aquellos que cuestionan la historia oficial del 11/9 peligrosos ‘teóricos’ de la conspiración?
Los académicos e intelectuales que han intentado responder estas interrogantes han sido ignorados o ridiculizados por los grandes medios corporativos (e incluso por progresistas de izquierda), expertos políticos y funcionarios del gobierno, que claramente se proponen silenciar el llamado ‘Movimiento por la Verdad sobre el 11/9’, o a cualquier persona que dude de la cuestionada postura oficial sobre este asunto. Sin embargo, las preguntas no dejarán de aparecer y cada vez se pedirán más respuestas”.
¿Participó Israel en
atentados del 11S?
En el artículo del experto Laurent Gúyenot titulado, “11 de septiembre, ¿una operación que se organizó desde adentro o una operación del Mosad?”, destaca la opinión de Alan Sabrosky, exprofesor de la Escuela Superior de Guerra del Ejército de EE.UU. y de la Academia Militar de ese mismo país, quien refiere que: «no dudó un solo momento en proclamar su convicción de que el 11 de septiembre es una ‘operación clásica orquestada por el Mosad’, operación llevada a cabo con la complicidad dentro del gobierno estadounidense. La voz de Alan Sabrosky suena, repercute y se transmite con fuerza dentro de los círculos de los veteranos del Ejército de EE.UU., quienes están asqueados por las infames guerras en las cuales se ven implicados y deben cumplir, todo esto a causa de una mentira, la mentira del 11 de septiembre o como fueron también las mentiras de las armas de destrucción masiva de Saddam Hussein, es decir mentiras y más mentiras”.
También resalta la opinión del expresidente de Italia Francesco Cossiga, quien estuvo al mano de esa nación entre 1985 y 1992, quien dijo el 30 de noviembre de 2007, en el diario Corriere della Sera: “Nos quieren hacer creer que Bin Laden confesó ser el autor del atentado del 11 de septiembre de 2001 sobre las Torres Gemelas de New York, a pesar que los servicios de inteligencia de EE.UU. y europeos sabían muy bien que el desastroso ataque fue planeado y ejecutado por la CIA y el Mossad con el fin de acusar a los países árabes de terrorismo y para poder atacar a Irak y Afganistán”.
El servicio de seguridad de Estados Unidos y el Mosad de Israel hacen una llave indisoluble desde la creación del Estado hebreo, por lo tanto, sus acciones encubiertas como abiertas en el Medio Oriento al igual que en el resto del mundo son indiscutibles. El caso reciente de la masacre de Palestina lo deja muy claro. Hoy de nuevo el Medio Oriente está en llamas y de nuevo los experimentos creados por el Doctor Frankestein (EE. UU.) como Al-Qaida, y el apoyo a los grupos terroristas, se les han convertido en un dolor de cabeza.
La voz de Afroamérica
Jesús “Chucho” García