Tras meses de expectación y rumores sobre su futuro político, el expresidente francés, el conservador Nicolás Sarkozy, rompió este viernes su silencio para anunciar que intentará volver a dirigir a su partido, ante la impopularidad del socialista François Hollande y el avance de la extrema derecha de Marine Le Pen.
Sarkozy, que al perder las elecciones presidenciales en 2012, en las que venció Hollande, aseguró que dejaba la política, justificó su regreso al debate público por la “desesperanza” que ha sentido entre sus compatriotas en estos dos años y medio.
Sarkozy, de 59 años, hacía de este modo una doble alusión: por un lado, al ascenso del ultraderechista Frente Nacional (FN), el partido más votado de Francia en las elecciones al Parlamento Europeo del pasado mes de marzo.
Por otro, se refería también a la impopularidad récord de su sucesor en el Palacio del Elíseo, François Hollande, que solo alcanza el 13 por ciento de las simpatías de sus ciudadanos en la última encuesta disponible.
El anuncio del marido de la exmodelo y cantante Carla Bruni, que se daba por seguro a tenor del goteo de declaraciones de sus allegados en los últimos meses, se produce en el momento más bajo de Hollande, que ayer mismo se limitó a señalar que Sarkozy tiene todo el derecho a regresar a la política.
Tras hacer oficial su retorno, el Partido Socialista (PS) reaccionó por medio de su primer secretario, Jean-Christophe Cambadélis, quien aseguró que Sarkozy “no escapará a su balance, que será su cruz”.
Desde el entorno más cercano a Sarkozy, la exministra y portavoz de su campaña a la reelección, Nathalie Kosciusko-Morizet, aseguró a a la prensa que el expresidente será capaz de lograr “una gran unión para Francia, más allá de las divisiones de los partidos políticos”.
Sarkozy se expresará sobre su futuro en una entrevista en la cadena pública de televisión “France 2≤ el próximo domingo a las 20.00 horas.
EFE