Fallas en los alimentos, en las medicinas, sin seguridad, sin calidad de vida e intervenida PDVSA que era la confiable fuente de ingresos en nuestro país, es peor que estar en un campo de concentración fascista. Tenemos patria
Cesáreo José Espinal Vásquez
e-mail: cjev@cantv.net
Después de escuchar a Rafael Quiróz, a José Guerra y Jesús Casique, economistas altamente calificados, sobre la situación en que se encuentra nuestro país, hay que decir “sálvese quien pueda”. Lo última esperanza de cumplir con lo que dijo Arturo Uslar Pietri, de que “hay que sembrar el petróleo”, no solo se perdió sino que se asesinó la gallina de los huevos de oro. Ni hay oro, ni gallina ni huevos…ni petróleo. Hace más de quince (15) años, o sea, tres (3) períodos constitucionales de la carta magna de 1961 y se ha estado viviendo hasta hoy, cuando este gobierno socialista-marxista-chavista, estampado entre Bolívar y Zamora, al grito de “tierra y hombres libres”, nos hemos quedado, sin tierra, sin hombres libres ni de recursos básicos de calidad de vida, se dio cuenta que la “cosa es seria”. Convirtieron a PDVSA en bodegas, es la concentración de la inversión del Estado para todo y compramos petróleo de Rusia y China para alimentar refinerías en el exterior, pero, además les pedimos prestado para pagarles con petróleo. Alimentamos varios países, comenzando con Cuba y nos paga enviando cubanos de invasores en todas las instituciones públicas. Pero no importa, vendiendo el sofá se acaba con el adulterio. Pero, tenemos patria.
Si el socialismo marxista, llámese revolucionario, bolivariano, del siglo 21, es bueno, ¿por qué desde 1848 con el Manifiesto Comunista y el Capital de Marx, no ha sido doctrina aplicable por todos los países del mundo y solo hoy, por Cuba, Corea del Norte y algún país trasnochado bajo la tutela de una tiranía?.
En estos últimos quince años de socialismo en nuestro país, no puede ocultarse sin pecar de indiferentes que estamos viviendo la peor cosecha del petróleo. Su siembra ha sido un fracaso. Este estiércol del diablo, ha sido para convertirnos, por su mala “praxis” en indigentes, ocultándose con un dedo, el sueño perdido a la luz del entendimiento.
El más terrible imperio, es el imperio del adoctrinamiento por hambre, por fanatismo político y por tiranía y ello, indefectiblemente, es alta traición.