La actriz y cantante nació en Cuba en 1957, pero llegó antes de los cinco años a Venezuela junto a sus padres y hermanos, huyendo del régimen dictatorial de Fidel Castro, por lo que ella, según abogados, entra en lo que establece el artículo 40 de nuestra Constitución.
«Gozan de los mismos derechos de los venezolanos y venezolanas por nacimiento, los venezolanos y venezolanas por naturalización que hubieren ingresado al país antes de cumplir los siete años de edad y residido en él permanentemente hasta alcanzar la mayoridad», dice nuestra Carta Magna…
Esta semana la noticia sobre las intenciones del régimen de Nicolás Maduro de revocarle la nacionalidad a nuestra María Conchita Alonso, rodó como pólvora y trajo consigo opiniones encontradas, la mayoría de éstas a favor de la otrora reina de belleza y posterior actriz de fama continental.
Resulta preocupante que en un país sumido en la crisis más profunda y alarmante de su historia, el Gobierno se preocupe y ocupe en revocarle la nacionalidad a una venezolana, solo porque piensa diferente y no en erradicar la delincuencia desatada que mata sin piedad a los venezolanos, ni poner coto a la falta de insumos médicos y medicamentos que tiene a un sector del pueblo en vilo, ni mucho menos solucionar el problema de desabastecimiento, creyendo que marcándonos como ganado, sin cambiar su política equivocada, van a caer del cielo los alimentos.
Un país petrolero, rico en recursos de todo tipo, que ha sido mal manejado, expropiado, robado y violado en todos los sentidos, clama desesperadamente un cambio beneficioso para todos. No para un sector. El problema está allí, la crisis se ve y se siente desde que nos levantamos, hasta que nos acostamos, negarla es irresponsable.
Ya basta de ocuparse en pendejadas y perseguir a quienes piensan distinto. La democracia es pluralidad de pensamientos y vivimos en democracia… ¿o no?
Opinión legal
El abogado Eugenio Hernández Bretón aseguró al diario El Universal, que nadie puede revocarle la nacionalidad venezolana a María Conchita Alonso, pues ella es venezolana por naturalización, pero en condiciones que la hacen equiparable a un venezolano por nacimiento. El artículo 40 de la nuestra Constitución Nacional señala claramente: «Gozan de los mismos derechos de los venezolanos y venezolanas por nacimiento, los venezolanos y venezolanas por naturalización que hubieren ingresado al país antes de cumplir los siete años de edad y residido en él permanentemente hasta alcanzar la mayoridad».
María Conchita Alonso nació en Cuba en 1957, pero llegó antes de los cinco años a Venezuela junto a sus padres y hermanos, huyendo del régimen dictatorial de Fidel Castro, por lo cual entraría en la categoría mencionada en el referido artículo.
Recordar es vivir…
María Conchita estudió en Venezuela, fue Miss Princesita Nacional e Internacional y posteriormente primera finalista en Miss Venezuela 1975. De allí irrumpió con fuerza en el medio artístico, convirtiéndose en animadora, actriz y cantante. En la desaparecida RCTV, realizó varias novelas y unitarios exitosos, hecho que la colocó como una de las figuras más populares y admiradas de las décadas de los 80 y 90. Luego viajó a Hollywood donde hizo carrera como actriz, logrando resonantes éxitos y convirtiéndose en bandera de Venezuela en el mundo.
Según la opinión del abogado Eugenio Hernández Bretón, María Conchita es y seguirá siendo venezolana, a menos –en mi criterio-, que otra vez se burlen las leyes y se le dé lectura “conveniente” a los artículos 35 y 40 de nuestra Constitución.
Diego Kapeky Twitter: @diegokapeky