“Él era aéreo, rápido, metálico, todo imaginación, ciencia de vuelo”. Sobre Bolívar de Pablo Neruda
Como Santiago Mariño manifestaba un eterno descontento, Pedro Carujo se postulaba para cualquier conspiración. Contra Bolívar o contra el Presidente Vargas protagonizo la felonía invocando razones como ideales. Esa manipulación explica buena parte del ejercicio mediocre que acompaño el grueso de la historia venezolana.
Todavía se escucha en la ONU a Maduro glosando la virtud del socialismo chavista como propuesta liberadora e incluso, con temeridad ofreciendo al mundo el paradigma de su experiencia dignificante. Como el Monagas cínico que se burlaba de la constitución, aparece este personaje obscuro que el caprichoso destino convirtió y muy a pesar de sí mismo en estelar. El Presidente Nicolás Maduro hace dos días aleccionaba al foro internacional como si viniera de Noruega, Alemania, China, Corea del Sur, Chile y no de Venezuela que la academia y las ciencias económicas y sociales presentan como el peor ejemplo de administración y gobierno en el orbe. Como dicen los muchachos el presidente autobusero imitador de su mentor Hugo, obviaba además la inflación más alta del planeta, la criminalidad exuberante, el aniquilamiento del aparato productivo, la enajenación de la institucionalidad y la actuación demagógica más irresponsable de la que se lleve información en los anales latinoamericanos.
Venezuela vive la hora de todos los peligros de la mano del epígono de Hugo Chávez Frías quién es y fue el causante de este extravío. En efecto; la epopeya consistió en sustituir el régimen del consenso que el puntofijismo edificó en un esquema de amplias libertades públicas por un discurso rimbombante de odio y de exaltación de las bajas pasiones de las masas depauperadas y de los añadidos sociales que aparecen siempre para pescar en los mares de la aventura y el desorden. Para eso HCHF se esmeró en el cultivo de la mediocridad. Uno a uno fueron apartados los buenos y los talentosos, denunciada la sapiencia y segregada la doctrina económica en provecho de su celebrada intuición. Se rodeó de alabarderos, lisonjeros y adulantes simuladores y trepadores para hacer posible un imposible, comprometer la histórica oportunidad de gobernar con plenitud de recursos y fracasar en el intento. Detrás de los aplausos y de las felicitaciones de los manipulados pobres y de la peor generación militar de nuestra historia convenció al país que el desastre, las carencias, la escasez, el endeudamiento, el crimen y la sinvergüencería eran legítimos si se repartía dinero, títulos universitarios, viviendas, prebendas y canonjías.
En la cabeza de los poderes públicos puso a mujeres ávidas de poder y figuración pero escogidas dentro de la mayor incapacidad posible. Allí las hemos visto pasar sin merito otro que las relaciones con el hegemón o su incondicional sumisión. Años de historia y de esfuerzo institucional fueron barridos y demolidos para asegurar el asalto de la canalla y de sus serviciales mediocres.-
Y antes de morir, para complacer a los cubanos y como epitafio de su ruindad nos dejó al más gris de todos; solo superado por ese militar que hoy escalpa la dignidad de la asamblea nacional. Tiempo de mediocres vivimos.
Nelson Chitty La Roche
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