La cultura neodiaspórica es de resistencia, en la que sus códigos se han preservado y han sido asimilados por la sociedad venezolana, latinoamericana y caribeña en general
Antes del boom petrolero, ya cantidades de migrantes forzados de origen africano fueron trasladados involuntariamente a Venezuela, para ser explotados en unidades productivas carcelarias conocidas como plantaciones, haciendas, hatos ganaderos y trabajo doméstico.
Esa primera migración forzosa se llamo diáspora africana, teniendo como instrumento despreciativo de la condición humana la llamada “trata negrera”. Esa diáspora forzada logró conservar códigos morales, culturales, tecnológicos y espirituales, que en el marco del decenio de los pueblos afrodescendientes (2015-2024), necesitan ser reivindicados, sobre todo en nuestro sistema educativo bolivariano.
Una segunda migración africana y afrodescendiente, que llamaremos neodiáspora, es la que se va a generar por el proceso migratoria con dos puntos de partida. La primera neodiáspora es la que se impulsa a partir de las y los afrodescendientes provenientes del Caribe franco, neolandés, anglo e hispanoparlantes, quienes llegaron por diversas razones procedentes de Trinidad y Tobago, Surinam, Cuba, República Dominicana, Haití, Guyana, Colombia, Perú y Panamá. Se establecieron en los estados Zulia, Bolívar, Sucre, Delta Amacuro, Miranda, Carabobo y Distrito Capital, llegando incluso a Surinam, Cuba, Grenada, Trinidad y Tobago, Guadalupe y Martinica.
La segunda neodiáspora es la africana-subsahariana (en segunda migración no forzada como sucedió por la vía de la llamada “trata negrera”), sino ya motivada por la guerra y las condiciones de vida poco esperanzadoras. Así, en los últimos tiempos, hemos visto llegar a decenas de africanos subsaharianos, es decir, de Niger¡a, Senegal, Costa de Marfil y Congo.
En concreto, entenderemos la neodiáspora como el proceso migratorio de los africanos y sus descedendientes después de la diáspora africana involuntaria desde los siglos XV al siglo XIX a las Américas y el espacio del Caribe. Esta neodiáspora es voluntaria en la mayoría de los casos o en otros es el resultado de desplazamientos forzados y refugiados por las guerras internas o invasiones extranjeras, pero a diferencia de la diáspora forzada, sus códigos culturales no están en juego, se conservan pese a nuevos fenómenos de represión como el racismo y la xenofobia.
Racismo y xenofobia
En condiciones casi infrahumanas y castigados por el racismo y la xenofobia de algunos sectores de la sociedad venezolana, las y los neodiaspóricos han resistido para sostener su condición de ciudadanía en el marco de los derechos humanos y la convención sobre el migrante y sus familiares, firmada por Venezuela. Aun queda vivo el recuerdo de la expulsión xenofóbica de los haitianos practicada por Antonio Ledeza en su primer mandato como alcalde Caracas. Cada vez que hay una elección y ven a un o una afrodescendiente votando, así sea venezolana, y un neodiaspórico que se haya nacionalizado, le gritan ”extranjeros monos los trajeron a votar por otro mono”, sobre todo en los tiempos de Chávez. Aquí se viola el derecho de los migrantes y sus familiares. Recordemos la represión a la que eran sometidas las mujeres palenqueras afrocolombianos en el centro de Caracas o la sobreexplotación de los heladeros haitianos.
Neodiáspora africana siglo XXI
Este segundo fenómeno diaspórico procedente de Africasubsahariana, hoy está presente en muchos países de América Latina. En Ecuador pude compartir en un barrio de Quito con yorubas rezándole a Obatalá y bailando el afrobeat de Fela Anikulapo Kuti y su hijo Femi. En Recife y Sao Paulo (Brasil) la presencia y reconexión diaspórica está atornillada entre los yoruba de Benín y los practicantes de la umbanda de Angola.
Esto por supuesto traerá un resignficación desde el punto de vista espiritual, en el caso concreto de las prácticas religiosas africanas, pues para un yoruba Shango es Shango y no Santa Bárbara, u Obatala es Obatala y no Nuestra Señora de Las Mercedes.
Según Acnur, la agencia para refugiados de la ONU expresa que “hay mucha inmigración procedente, en particular de países de África Occidental, como son los casos de Senegal y Costa de Marfil. Los principales destinos son Argentina y Brasil.
La agencia de la ONU en la región registró en el espacio de dos años la duplicación de las peticiones de asilo. A modo de ejemplo, en Argentina se registraron mil solicitudes a lo largo del pasado año, el doble de las de 2006.
Cultura neodiaspórica
La cultura neodiaspórica es de resistencia, en la que sus códigos se han preservado y han sido asimilados por la sociedad venezolana, latinoamericana y caribeña en general. Desde el punto de vista musical, los géneros como la rumba, guaguancó, yambu, comparsa y songo se imponen en los bailes urbanos. El calipso es la identidad fundamental en El Callao y Bolívar, así como en Sucre. La cumbia, el currilao y su transformación con los ritmos palenqueros mezclados con el soukos congeles generaron la champeta y en Venenzuela se han realizado festivales de ese tipo de música.
Desde el punto de vista religioso, las expresiones espirituales afrocubanas como la Regla de Ocha y Palo Monte, son una realidad. El vudú, el culto a Shango/Trinidad se suma al rosario de creencias del venezolano. Todo ello forma parte de un cuadro neodiaspórico importante a revindicar en nuestro sistema educativo bolivariano.
CHU-CHE-RÍAS
¡Cuánto nos duele
el Cumbe de Ocoyta!
Desde hace rato venimos advirtiendo el problema de la inseguridad en Barlovento, lo que ocurrio en Ocoyta fue de terror para ese hermoso pueblo… muchos me enviaron mensajes de que quieren abandonar el pueblo, ya que está en el abandono por completo. En enero del 2013 hicimos una asmablea con 12 puntos de problemas profundos. Esos se hizo público, permanentemente se envían mensajes a las autoridades y NADIE ESCUCHA, NADIE SIENTE NADIE PADECE esta referencia simbólica de lo que fue el Cumbe de Ocoyta en el pasado.
Aparte de Corpomiranda y el Gobierno nacional… ¿dónde están nuestros diputados regionales y nacionales barloventeños? ¿Dónde están nuestros alcaldes barloventeños… que no llegan hasta Ocoyta en solidaridad con este pueblo? Alcalde Juan Aponte, convoque a una jornada por la defensa y en solidaridad con El Mango de Ocoyta
La voz de Afroamérica
Jesús “Chucho” García