No hay duda que corregir precios generará mayor inflación, pero los efectos negativos se diluirán en el mediano y largo plazo, cuando los precios de equilibrio detonen el incremento exponencial de bienes y servicios, especialmente los producidos por el sector privado y que no tengan ningún tipo de subsidio del Estado
La vida -a veces- nos pone en encrucijadas difíciles. Una de ellas es tener que escoger entre dos opciones malas porque no existe, en un determinado momento, la alternativa ideal, buena o deseada. En un escenario como este, la decisión más inteligente es optar por la opción menos mala. Pero bajo ningún concepto se puede intentar pasar agachado. La peor decisión es la que no se toma.
Ahora bien, en el caso de algunas medidas económicas gubernamentales que han quedado en stand by, estamos frente a un escenario parecido. Veamos el caso de la escasez y la inflación. Ni el Gobierno Bolivariano, ni el pueblo, ni los productores quieren que existan estos dos flagelos, excepto las minorías que se benefician de la escasez y la inflación, llámese pescadores en río revuelto.
No obstante, para superar la escasez será necesario, entre otras acciones, equilibrar costos de producción con precios de venta final, algunos congelados desde hace muchos años como la gasolina, las tarifas eléctricas, las tarifas de transportes públicos masivos, el gas de bombonas, etc; mientras que otros bienes o servicios -a pesar de haber tenido ajustes de precios-, siguen estando rezagados. En esta lista se ubican: el precio del dólar (quizás la mercancía más importante de este país y con mayor incidencia en todos los ámbitos), la leche pasteurizada, la harina pan, el café, los estacionamientos, entre otros.
No hay duda que corregir precios generará mayor inflación, pero los efectos negativos se diluirán en el mediano y largo plazo, cuando los precios de equilibrio detonen el incremento exponencial de bienes y servicios, especialmente los producidos por el sector privado y que no tengan ningún tipo de subsidio del Estado. Y aclaro que esto no es un chantaje. El Gobierno Bolivariano está consciente de que hay precios que ajustar, tanto de bienes y servicios que ellos -como Estado- prestan o producen, como los bienes y servicios que prestan o producen las empresas privadas.
Recordemos que los ciclos económicos permiten que –acto seguido a estos arreglos- se vayan equilibrando las variables. Al haber abastecimiento pleno se reduce la especulación, se tienden a estabilizar los precios y se va incrementando progresivamente el poder adquisitivo real de los trabajadores y trabajadoras.
En la teoría económica existe un concepto que viene como anillo al dedo: “trade off”. La enciclopedia digital Wikipedia cita un ejemplo interesante para ilustrarlo apelando al juego de Damas. “Un jugador puede dejar que el adversario le coma una pieza en su juego, que posteriormente, tal acción, le permitirá obtener el doble o triple de piezas en su jugada. Esto significa: para que el jugador pueda conseguir un buen resultado es preciso sacrificar una pieza”, indica Wikipedia.
Otro ejemplo de trade-off es en el juego de Ajedrez, donde jugadores de nivel avanzado crean, en el comienzo de la partida, sacrificando peones para la obtención de mejor calidad en el juego, como por ejemplo, movilidad entre las piezas, teniendo como consecuencia un buen desempeño a lo largo del juego.
Miguel Pérez Abad