Había indigentes durmiendo en la calle, buhoneros y los acostumbrados rateritos de la zona y esos valientes y aguerridos funcionarios de la Alcaldía de Libertador no fueron capaces de sacar del lugar a los indigentes, ni a los buhoneros, pero sí arremetían contra muchachos que predicaban la palabra de DIOS en la Plaza Candelaria
El pasado viernes 26 de septiembre nos correspondió ser testigos de excepción de un hecho bochornoso, abusivo, grotesco e injusto. Antes de comenzar a relatar lo sucedido, quiero dejar claro que quien escribe es católico, apostólico y romano y además mariano, un hecho que da más valor a la denuncia que hoy formularemos contra funcionarios de la Alcaldía del Municipio Libertador, quienes piensan que solo ellos y nadie más que ellos tienen derecho de hacer uso de los lugares públicos tales, como las plazas y otros.
El caso es el siguiente:
Desde temprano, un grupo de jóvenes bien identificados como evangélicos y llenos de amor y alegría, llevaban con belleza el mensaje y la palabra del Señor en una esquina de la Plaza Candelaria. Sus actividades debieron comenzar cerca de las diez de la mañana, ellos tenían dos corneta que si bien estaban un poco altas de volumen, jamás ni nunca cerca del escándalo que arman en esa misma plaza los chavistas cuando quieren celebrar cualquier pendejada que a ellos se les ocurre. Pues bien, al lugar llegaron unos sujetos que se identificaron como funcionarios de la Alcaldía de Caracas, que es la del Municipio Libertador, acompañados de policías municipales, y les exigían a esos jóvenes que se retiraran del sitio en un forma amenazante y grotesca.
Alegaban que ellos “no podían permitir escándalos” en ese lugar y que habían recibido protesta de los vecinos, algo que ponemos en dudas ya que esos jóvenes solo oraban y cantaban alabanzas al Señor, sin embargo frente al lugar, hablamos de las 11:30 am, habían indigentes durmiendo en la calle, buhoneros y los acostumbrados rateritos de la zona y esos valientes y aguerridos funcionarios no fueron capaces de sacar del lugar a los indigentes, ni a los buhoneros, pero sí arremetían contra muchachos sanos que llenaban de alegría y amor a la Plaza Candelaria.
No puede ser que las autoridades de este país sigan persiguiendo a gente buena e inocentes y no se ocupen de acabar con el malandraje y con las mismas autoridades que matraquean a esos vendedores ambulantes de la zona, si no me lo creen realicen un trabajo de inteligencia y lo comprobaran fácilmente, hablamos que le piden entre Bs.100 y 800, dependiendo de lo que vendan para que puedan trabajar sin ser molestados. ¿Hasta cuándo tanto abuso? Sí es verdad que hay que respetar las leyes, pero están son para hacerlas cumplir a todos por igual, no solamente a un grupo de evangélicos que hablan de Jesucristo, sino también a esos partidarios del Gobierno que sí aturden con el ruido de sus equipos de sonidos y con las consignas gubernamentales. En una oportunidad colocaron un equipo de sonido tan fuerte y atronador, que un grupo de los que nos encontrábamos en la zona nos dirigimos a unos policías, no sé si eran nacionales o municipales y la respuesta fue: “¿Usted cree que estamos locos? Si lo hacemos nos mandan a botar”.
Amigo lector ¿usted qué cree, hay o no abusos que se tiñen de rojo?
Recuerden: “Dios castiga sin palo ni látigo”
Salomón Benshimol R.
e-mail: sbenshimol@yahoo.com