La forma como a estos líderes bolivarianos les han quitado la vida llama la atención, pues es como una especie de mensaje de terror preventivo para aquellos que sigan el camino de tocar temas sensibles que afectan a las élites
Danilo Anderson, Eliecer Otayza, ahora Robert Sierra, son crímenes horrendos que se han venido cometiendo sistemáticamente contra personas notables del proceso Bolivariano y pareciera una continuidad en el tiempo. Es una violencia cíclica política con métodos similares muy poco utilizados por la delincuencia común. La forma como a estos lideres bolivarianos les han quitado la vida llama la atención, pues es como una especie de mensaje de terror preventivo para aquellos que sigan el camino de tocar temas sensibles que afectan a las élites del poder económico, político y social están condenados a morir.
“A Danilo lo van a
matar”, dijo Chávez
Un explosivo C4 convirtió en añicos la camioneta donde estaba sentado el joven fiscal Danilo Anderson, destrozando su humanidad a las 11 de la noche del 18 de noviembre del año 2004. De lo que he estudiado del terror político en Venezuela, creo que este es el primer asesinato con ese método en nuestra historia. ¿En qué andaba Danilo? A Anderson se le había asignado la responsabilidad de investigar a los involucrados en el golpe de Estado y golpe petrolero del año 2002 y los firmantes del decreto ilegal de Carmona Estanga, entre los cuales estaban algunos líderes actuales de la oposición como Leopoldo López, María Corina Machado y su mamá, Henrique Capriles Radronski y muchos de los conspirados actuales. También Danilo investigaba la invasión a la embajada de Cuba, cuando el golpe de Estado y la “Conspiración Sumate” (de María Corina Machado), que tenía apoyo de la NED, organización estadounidense especialista en desestabilizar electoralmente los países adversos a Estados Unidos.
Para ese momento, el presidente Chávez estaba preocupado por la seguridad de Danilo, como lo dejó expresado: “Entonces, vi a Danilo y me llegó el instinto, ese que uno va desarrollando. Como uno tiene ya tantos años en esto, a veces un detalle es decisivo, y me dije: ‘Lo van a matar’. Y les juro que mandé por él, pero tenía que irme, no sé a dónde iba. ‘Llámenme a Danilo’. Y salió la caravana volando hacia Maiquetía. ‘¿Y Danilo?’. ‘No, que no aparece, que no responde’. ‘Que me lo ubiquen’. Regresamos. Danilo, ¡pum! Se fue Danilo. Llamó Isaías Rodríguez una noche: ‘Presidente, mataron a Danilo’. ‘No, dime que no’. Por eso es que yo insisto tanto en los detalles, por una llamada a lo mejor no lo hubieran matado. Yo le pedí que se mudara, le pusimos una seguridad especial, pero lo agarraron solo, descuidado”.
El próximo mes se cumplirán diez años de este asesinato, en el que están condenados un exmiembro de la Policía Técnica Judicial y otro de la policía política Disip, pero los cercanos a Danilo expresan su insatisfacción diciendo que los autores intelectuales aún andan sueltos… y seguro conspirando.
Otayza desfigurado…
segundo ensayo
Reconocido y polémico líder del proceso bolivariano, el militar Eliécer Otayza, quien participó en el intento del segundo golpe de Estado para sacar del poder al expresidente Carlos Andrés Pérez, y quien fue herido de gravedad en esos sucesos, es el segundo caso del delirio circular de la violencia sistemática contra lideres bolivarianos. El método tampoco fue del hampa común. Otayza resultaba incómodo para muchos, pues al parecer era muy firme sobre los hechos de corrupción y por su formación en el campo de inteligencia manejaba información de primera fuente. Supuestamente, quienes encargaron su asesinato, sabían que Otayza era un hombre muy bien preparado en autodefensa e inteligencia militar y había que sorprenderlo como hicieron los sicarios la madrugada del 29 de abril de este año.
El ministro de Interior, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez Torres, después de analizar el hecho, expresó: “El día del asesinato el occiso fue abordado por varios sujetos armados, estos sujetos lo abordan, lo bajan del vehículo, lo golpean salvajemente, luego lo vuelven a subir al vehículo y se lo llevan a un sector del mismo municipio y ahí lo matan con disparos de armas de fuego (…) Le quitan la vida, pero previamente lo habían golpeado muchísimo y dejan su cadáver en un sector donde fue conseguido posteriormente por la policía y trasladado el día sábado a finales de la tarde a la morgue de Bello Monte”. Más adelante informa que la camioneta tenía un impacto de bala… se presume que ese impacto se produjo en un intento de quitarle la vida antes de bajarlo del carro y también presumimos que él hizo resistencia a los delincuentes que lo abordaron y por tal razón fue golpeado con mucha fuerza, con mucho salvajismo”.
El ministro resaltó que aún no se tiene información clara ni detallada del móvil por el cual fue asesinado Eliécer Otayza. “Son circunstancias muy extrañas que lo ponen en el sitio del suceso que aún habrá que determinarlas en el transcurso de la investigación”, apuntó.
Robert Serra… en 15
minutos le quitaron la vida
El abogado y joven diputado Robert Serra tenía carisma como muy pocos. Era original en su personalidad. Tenía sostenibilidad discursiva, no era mudo tampoco se mudó para el Este de la ciudad, lugar privilegiado para quienes han ascendido al poder. Se quedó en el barrio, ese barrio que le dio los votos para lograr ser el diputado más joven de la Asamblea Nacional. Fuentes de primera línea, dicen que el diputado estaba investigando el paramilitarismo-uribismo y su vinculación reciente con las guarimbas y los planes para desestabilizar Venezuela. El pasado miércoles a las 10:30 de la noche, unos profesionales, como esos de las películas violentas de factura norteamericana, entraron a al casa del joven diputado quien se encontraba con la joven María Herrera. Nadie vio, nadie oyó, todo fue silencioso como la cobardía… Serra era un objetivo del ciclo de la violencia sistemática, como reseña la prensa: “Las investigaciones adelantadas hasta ahora sobre el asesinato del diputado socialista Robert Serra revelan que fue un crimen planificado”, informó el ministro Rodríguez Torres. “Según las primeras experticias y basados en los principios de la investigación, no se trata de un hecho azaroso, estamos en presencia de un homicidio intencional y ejecutado con gran precisión», explicó el ministro. Detalló que fue un asesinato planificado, organizado al detalle y ejecutado en un lapso de entre 15 y 20 minutos y utilizando un arma de tipo punzopenetrante, lo cual produjo la muerte por choque hipovolémico (hemorragia) tanto al joven parlamentario como a su compañera sentimental, María Herrera.
Este ciclo de violencia sistemática me recuerda aquella vieja novela brasileña… “¿Quién será la próxima víctima?”
La voz de Afroamérica
Jesús “Chucho” García