El pasado miércoles hubiese cumplido 30 años. Hoy su legado de nobleza, amistad y calidad humana se añora cada día más, desde que la violencia nos la arrebató prematuramente en una carretera venezolana junto a su esposo, Thomas Berry
El pasado 1ro de octubre, nuestra Mónica Spear hubiese celebrado 30 años de vida. La otrora reina de belleza y actriz de fama internacional fue vilmente asesinada el pasado 6 de enero junto a su esposo Thomas Berry, en la autopista Puerto Cabello-Valencia, a la altura del puente El Cambur, fueron interceptados por varios sujetos para robarlos.
Aunque los asesinos de Miss Venezuela 2004 fueron condenados a 24 y 26 años respectivamente, su cruel ausencia no tiene justificación alguna, como no tienen ninguno de los miles de crímenes que vienen sucediendo y acrecentándose en el país. Debemos de dejar de buscar culpables y ponerle coto a esta preocupante situación, que no debe politizarse, ni polarizarse, porque todos somos venezolanos y todos debemos exigir seguridad y calidad de vida, sin importar de qué bando seamos. Cada muerte, cada crimen debe dolernos a todos por igual y no puede, ni debe tomarse a la ligera, ni menos buscar excusas para tan abominables hechos.
El hampa no distingue, aunque aquí “convenientemente” e irresponsablemente se quiere insinuar otra cosa.
Más que un recuerdo…
más que un libro
Mañana, cuando se cumplen nueve meses del asesinato de Mónica, no debemos olvidar nunca que ella representa un mínimo porcentaje del alto índice de criminalidad que padecemos, donde la vida no vale nada y eso debe cambiar.
¿Cuántas familias no lloran diariamente? ¿Cuántos más muertos debemos tener para darnos cuenta que vivimos en un infierno? Con la salida de un libro, resultado de una investigación de los periodistas María Isoliett Iglesias y Deivis Ramírez Miranda, sobre los hechos donde murieron la exreina de belleza y su esposo, se enciende la llama del dolor y se debe exigir de una vez y por todas que se busquen soluciones contundentes a esta real y nada virtual problemática.
Su legado
Mónica Spear se dio a conocer como Miss Guárico, en la edición 2004 de Miss Venezuela, evento el cual ganó. Fue a Miss Universo y obtuvo el sitial de cuarta finalista. Anteriormente a ello, ya se había graduado de actriz en Estados Unidos y la desaparecida RCTV, le dio su primera oportunidad en la novela “El Desprecio”. Debido a su excelente desempeño, llegó su primera protagonización en “Mi prima Ciela” y con ella su meteórica carrera. Vinieron luego: “Calle luna, Calle Sol”, “Qué el cielo me explique”, “La mujer perfecta”, “Flor Salvaje”-en Colombia- y “Pasión prohibida”-en Miami-. En su mejor momento, el hampa le arrebató su futuro, a su familia les cambió la vida y a la mayoría de los venezolanos a una admirada y querida reina y actriz.
Mónica nos debe doler a todos y no hay años de cárcel, ni castigo que nos la devuelva, como tampoco los hay para cada familia venezolana que vive a diario esta cruda situación… ¿hasta cuándo?
Descansa en paz, reina por siempre.
¡QUÉ MOMENTOS!
Diego Kapeky
Twitter: @diegokapeky