La constituyente no es otra cosa que la transformación del Estado a través reseteo de los poderes públicos y establecer un nuevo ordenamiento jurídico que permita el funcionamiento ideal de una democracia social.
En el momento que vivimos de grave crisis social, económica y ética, sería una extraordinaria solución que buscaría equilibrar los poderes públicos, hoy monopolizados por el ejecutivo.
La constitución del año 1999, establece la figura de la iniciativa popular contemplada en el artículo 348 de la constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Este es un acto inédito.
El poder constituyente es de naturaleza política y debería realizarse conforme a los artículos 5, 70, 333, 347, 348 y 349. El poder constituido no está por encima ni podrá impedir las decisiones del poder originario, es decir, del pueblo.
Es inminente y por las características de la constituyente, en un país destrozado y polarizado, obviamente por la ineptitud gubernamental de 15 años de “revolución” que prive la sensatez y la inteligencia y se busquen acuerdos igualitarios e inclusivos.
Permanece en el recuerdo en la constituyente del 99, con las preguntas sesgadas que otorgó poderes originarios al ejecutivo, y lo autorizó para establecer unas bases comiciales viciadas con características de ilegitimidad; pasada la página hoy tenemos una constitución progresista pero letra muerta. No se respeta el espíritu del constituyentista con el agravante de los poderes secuestrados.
La organización política Voluntad Popular, liderada por Leopoldo López, y un grupo calificado de activistas de esa organización, estudiantes, gremios, obreros, amas de casa, ONG´s, indígenas, y disidentes que en otrora comulgaban con el partido de gobierno, están convencidos que la solución a la situación actual de Venezuela, el rescate y respeto a los derechos humanos, abastecimiento de los productos de primera necesidad, servicios públicos de primera y educación, es necesariamente invocando este derecho constitucional.
El país está motivado recogiendo el 15% del REP, es decir, aproximadamente 3 millones de votos.
Es importante destacar que un poder constituido que ha sido cuestionado como el CNE, no puede avalar o ser el árbitro en este derecho constitucional invocado, puesto que lo que se pretende con la constituyente es que se sustituyan a los que hoy en día conforman estos poderes públicos viciados e indiscutiblemente parcializados con el partido de gobierno.
Es necesario implementar concienzudamente un mecanismo idóneo que permita que el noble pueblo de Venezuela, polarizado, pueda participar en elecciones limpias e inclusivas para lograr los cambios de los cuales está ávido nuestro país.
La constituyente es la solución. Participa!
Presidente del Comité de los DDHH de la FIA
Twitter: @liderhumano