El colapso del cementerio es una de las irregularidades que pone en riesgo la salud de los vecinos de la población del municipio Acevedo, por cuanto muchos dolientes se han visto obligados a violar normas de sanidad para dar sepultura a sus familiares
Un rosario de problemas pesa sobre la población de El Clavo del municipio Acevedo en el estado Miranda, al punto en que sus habitantes han llegado a asegurar que la situación se está saliendo de control, sin que hasta los momentos se apliquen los correctivos necesarios para mejorar la calidad de vida de la ciudadanía.
Franklin Monges, dirigente social de la comunidad, fue el encargado de informar sobre algunas de las irregularidades que mantienen afectadas a más de 200 familias, siendo el colapso del cementerio una de las situaciones más graves. El entrevistado aseguró que en el campo santo no cabe un alma más, lo que ha obligado a los dolientes a enterrar sus muertos con la nueva modalidad del nicho hacia la superficie, es lo que es igual a darle sepultura a un cadáver encima del otro, lo cual no está contemplado en las normas de sanidad.
«Esto pone en peligro la salud de quienes somos residentes de El Clavo. El cementerio atiende a 15 caseríos, por lo que es menester su pronta ampliación, dado que ya no se da abasto», precisó.
Áreas emblemáticas
en el abandono
Monges aseguró que a la lista de casos que atender se suma el descuido en el que se encuentra actualmente la Iglesia, estructura que requiere de una pronta reparación y un retoque de la pintura externa.
Los cables en El Clavo como ya se ha denunciado en otras ocasiones, lucen cual guirnaldas, afeando el aspecto de zonas de uso común como la plaza. Exigen a las autoridades de Acevedo, del estado Miranda y al Gobierno Nacional analice la instalación de un alumbrado moderno, al tiempo en que se le coloca a la plaza un cercado ornamental y una placa a la estatua de Simón Bolívar.
«Son muchas necesidades por las que venimos atravesando, Requerimos por ejemplo de la reparación y construcción de viviendas. Se necesita de un programa que beneficie a todos en la comunidad, dado que en temporadas de lluvias como esta, se nos mojan nuestras casas. Las calles tienen que ser asfaltadas; dan pena ajena. Deben culminar dos aulas de la escuela Pedro José Rodríguez, labores que están paralizadas desde hace 4 años. Llamo a todos los vecinos de El Clavo para que nos unamos, sin distingo político para que nuestro pueblo sea un pueblo próspero, ejemplo para otras poblaciones. A las autoridades nos queda pedirles que no se hagan oídos sordos al clamor de la gente, y que no esperan a que sea demasiado tarde para actuar. Visítennos y vean por sí mismos que no estamos exagerando», subrayó Monges.
Yohadi Arteaga
yohaarteaga@gmail.com