Mientras trabajaba en el hospital de St. Barnabas de Nueva Jersey, Charles Cullen cometió su primer asesinato, el 11 de junio de 1988, cuando le administró a un paciente una dosis letal de medicinas intravenosas que lo mató
En la década de los ‘80 y ‘90, los hospitales de Nueva Jersey ganaron mala reputación cuando varios pacientes comenzaron a fallecer por sobredosis de medicinas que no necesitaban. Se llevó a cabo una investigación que descubrió quien estaba detrás de las muertes, un enfermero inestable mentalmente llamado Charles Cullen, que cambiaba de trabajo de hospital en hospital.
Charles Cullen nació el 22 de febrero de 1960 en Nueva Jersey. Era el más joven de ocho hermanos, su padre, Meme Cullen, era chofer de transportes escolares y su madre ama de casa. Meme falleció cuando Charles tenía solo siete meses de vida, por lo que la falta de una figura paterna dejó inestable la mente del joven y en 1969 intentó suicidarse con unos químicos que robó del laboratorio de la escuela. Este fue el primero de 20 intentos de quitarse la vida.
La tragedia volvió a impactar su vida cuando, el 06 de diciembre de 1977, su madre murió en un accidente de tráfico en el que conducía su hermana. A raíz de este hecho, el joven abandonó sus estudios y en abril de 1978, se alistó en la marina de los Estados Unidos.
Sin embargo, ya había empezado a mostrar signos de problemas mentales. Posteriormente, fue transferido a la nave de suministros USS Canopus y en los años siguientes, intentó suicidarse en siete ocasiones hasta que la Marina le dio el alta por razones médicas el 30 de marzo de 1984.
En 1987, Cullen estudió en la escuela de enfermería de Mountainside consiguiendo un trabajo en el St. Barnabas Medical Center en Nueva Jersey. Ese mismo año, contrajo matrimonio con Adrienne Taub, la pareja tuvo dos hijas. Cuando trabajaba como enfermero fantaseaba con robar drogas del hospital para quitarse la vida, y en una ocasión se clavó un par de tijeras en la cabeza por lo que tuvo que ser operado de inmediato.
Senda homicida
Mientras trabajaba en el hospital de St. Barnabas, Cullen cometió su primer asesinato el 11 de junio de 1988, cuando el Juez John W. Yengo ingresó al hospital tras sufrir una reacción alérgica a un medicamento para la sangre. Charles le administró una dosis letal de medicinas intravenosas que lo mató. Durante su estadía en St. Barnabas, asesinó a 11 pacientes.
En enero de 1992 Cullen renunció cuando las autoridades del hospital comenzaron a investigar quien había adulterado bolsas de fluido intravenoso. Consiguió empleo en el Warren Hospital en Phillisburg, donde asesinó a tres mujeres ancianas tras administrarle altas dosis de un fármaco diagnosticado para personas con problema de corazón.
Su esposa presentó el divorció el 22 enero de 1993 y tras la separación ella realizó denuncias por violencia doméstica en su contra. A los pocos meses, la condición mental de Cullen empeoró, cuando se obsesionó con una mujer que terminó denunciándolo por acoso. Fue culpado por irrumpir en propiedad privada, pasando un año bajo palabra y él intentó suicidarse de nuevo.
Antes de que terminara el año, intenta quitarse la vida en dos ocasiones más. Charles terminó su trabajo en el hospital Warren en diciembre de 1993 y consiguió empleo en el Centro Médico Hunterdon de Nueva Jersey, donde confesó haber matado a cinco pacientes los primeros nueve meses de 1996.
Meses después, trabajó en el Morristown Memorial Hospital, pero fue despedido y no consiguió trabajo, así que de nuevo cayó en depresión y fue a parar al hospital, pero el tratamiento no mejoró su salud mental. Finalmente, en febrero de 1998 Charles fue contratado por un centro de rehabilitación de Pensilvania.
Pronto fue despedido y se declaró en bancarrota, pero la escasez de enfermeros siempre permitía que consiguiera trabajo fácilmente. Su senda asesina continuó por varios hospitales hasta que, mientras trabajaba en el centro médico de Somerset, se descubrió que revisaba archivos de pacientes que no le estaban asignados y solicitaba medicinas para enfermos que no las necesitaban.
La última víctima de Cullen falleció por tener poca azúcar en la sangre. De inmediato, las autoridades empezaron a investigar sobre su historial y fue despedido el 31 de octubre de 2003 por haber mentido en su aplicación de trabajo. Por varias semanas, la policía lo vigilaba mientras la investigación se terminaba.
La investigación demostró la participación de Cullen en la muerte del Reverendo Florian Gall y también en el intento de homicidio de Tin Kyushu Han, ambos pacientes del hospital Somerset. Los oficiales arrestaron a Charles el 14 de diciembre del 2003.
En abril del 2004, Charles Cullen se declaró culpable por haber asesinado a trece pacientes e intentar matar dos más por medio de inyección letal mientras estuvo en el hospital Somerset. El enfermero juró ante la corte cooperar con la investigación si no era sentenciado a pena de muerte y así confesó haber matado hasta 40 personas durante su carrera como enfermero, por lo que fue sentenciado a 11 cadenas perpetuas consecutivas.
¿Aliviar “sufrimientos”?
Según sus propias declaraciones, Charles Cullen actuó así para aliviar el dolor y sufrimiento de los enfermos, pero las investigaciones confirman que muchos de los pacientes no mostraban enfermedades terminales o de gravedad. El 02 de marzo del 2006 evitó ser condenado a muerte tras llegar a un acuerdo con la fiscalía mediante el cual, él les diría a que pacientes mató usando inyecciones de medicamentos difíciles de detectar
Edda Pujadas
Twitter: @epujadas