El objetivo es empoderarnos y dotarnos de los medios e instrumentos necesarios para que, plural y diferenciadamente, podamos luchar por la dignidad: es decir, por los bienes materiales e inmateriales que están desigual e injustamente distribuidos entre los seres humanos por los procesos de división social, sexual, étnica y territorial del hacer humano
Francisco Martínez Montero
Actualmente, en el escenario internacional existen muchas críticas y disyuntivas vinculadas a la concepción tradicional que sobre derechos humanos se ha consolidado, en tanto se ha comprobado con hechos, que el mero reconocimiento de éstos por parte de los Estados en instrumentos jurídicos (leyes) parece no ser suficiente para su promoción y garantía.
Si bien sigue teniendo vital importancia su incorporación o visibilización en instrumentos legales nacionales e internacionales, sentencias, doctrina y políticas públicas emprendidas por los gobiernos en representación de los Estados; su encasillamiento en ello proporciona un carácter pasivo a las personas, especialmente a los grupos en situación de vulnerabilidad, quienes deben esperar a que los Estados accionen unilateralmente y cuando lo crean “políticamente conveniente” en la reivindicación de sus derechos, como si de regalos otorgados por un Estado benefactor se tratara.
En ese sentido, cobra vida una nueva noción – crítica – más actualizada a los nuevos tiempos, donde las necesidades de la población son cada vez más complejas y requieren de ajustes en las formas tradicionales o convencionales de entender y hacer cumplir los derechos humanos. Así las cosas, nuestra actualidad requiere de un enfoque de derechos en que éstos sean entendidos como procesos reivindicativos o de lucha y no como el objetivo final que queda en un papel sin posibilidades o voluntades de aplicar; como un medio para alcanzar la dignidad humana y no como un fin último.
El enfoque crítico
Se trata de promover un enfoque que promueva un sistema de democracia participativa, donde se pueda vigilar y controlar las instituciones públicas y se puedan ejercer las libertades fundamentales; un sistema basado en el diálogo y el reconocimiento de las personas en la diferencia. Una democracia inclusiva, donde no se discrimine por razones de credo, color, preferencia sexual, afiliación política o clase social; un sistema que tenga a la persona como sujeto central del desarrollo y se organice desde la justicia, la equidad, la solidaridad; un sistema donde las personas se conviertan en sujetos activos de sus propias luchas por la reivindicación de sus derechos, en el que ejerzan la participación y ciudadanía como mecanismos para alcanzar la plena satisfacción de sus necesidades.
Un sujeto que sea sensible, capaz de reconocer a las personas como legítimas, solidaria, capaz de defender sus derechos y agruparse con otras pera defender los de todos, creyente del estado de derecho, promotor de la democracia participativa, leal a los principios de justicia y legalidad. Consciente de lo que está mal, crítica a la hora de mirarse y mirar las instituciones.
Con ello, no se trata de desconocer las obligaciones del Estado en la protección de los derechos, sino de otorgarle un rol protagónico a las personas en sus propias luchas, se trata de garantizar la corresponsabilidad de la ciudadanía en el ejercicio y garantía de los derechos humanos establecidos en nuestra Carta Magna, y que van en concordancia con la visión de los derechos como proceso de lucha social (Herrera, 2008). Para ello se debe evitar el conformismo frente a las dificultades del propio Estado, y continuar con las luchas reivindicativas de los derechos.
Qué puedo hacer
Desde este punto de vista, pongamos como ejemplo a una comunidad que tiene años sin acceder al servicio de agua potable de calidad y de manera regular; ésta no debe sentarse a esperar a que el Estado se ilumine y tome cartas en el asunto, sino que por el contrario debe ejercer acciones para exigirle al Estado el cumplimiento de su responsabilidad en cuanto al derecho al agua se refiere. Para ello, existen muchas formas, por un lado encontramos los mecanismos de justiciabilidad tradicionales que se basen en el uso de las instancias formales correspondientes, a través de recursos judiciales como el amparo, abstención o carencia, responsabilidad patrimonial del Estado, entre otros; por otro lado, los recursos administrativos, enmarcados en peticiones de información, recursos de reconsideración, jerárquicos o de revisión, etc.
Pero además de ellos, existe una amplia gama de acciones realizables en el marco del denominado Uso Alternativo del Derecho, que no es más que todas aquellas acciones, legales y legitimas, que se pueden realizar sin necesidad de interactuar con las instancias judiciales, es lo que denominamos mecanismos de exigibilidad. En este rango, se incluye todo aquello que puedas hacer para recordarle al Estado que tiene una deuda contigo: manifestaciones pacíficas, mesas de trabajo, obras de teatro, plantones, volanteo, misas, esculturas, pintadas, y un montón de opciones más. Lo importante en este rubro, es que sean creativos, organizados y tengan muy claramente definitivo el objetivo de la lucha.
Sin embargo, no se trata solo de cuestionar, presionar y exigir, también es importante que ejerzamos nuestro derecho a la participación propositiva, es decir, que hagamos propuestas, que nos incluyamos en las soluciones, que hagamos contraloría social, que participemos en las consultas y en la construcción de los presupuestos y de las políticas públicas (en todas sus fases).
¡No se lo dejes
todo al Estado!
Los derechos humanos han evolucionado al ritmo de los cambios que se han suscitado en nuestras sociedades, por lo que las sociedades deben marcar el ritmo en su vigencia. El objetivo es empoderarnos y dotarnos de los medios e instrumentos necesarios para que, plural y diferenciadamente, podamos luchar por la dignidad: es decir, por los bienes materiales e inmateriales que están desigual e injustamente distribuidos entre los seres humanos por los procesos de división social, sexual, étnica y territorial del hacer humano. No se lo dejes todo al Estado, participa por la consecución de tu dignidad
La Voz de los Derechos Humanos
Red de Apoyo por la Justicia y la Paz