A lo largo del verano los yihadistas extendieron su dominio a importantes zonas del norte de Irak
Al menos 30 miembros del grupo yihadista Estado Islámico (EI) murieron en las últimas horas en bombardeos aéreos de la coalición internacional cerca de la presa de Mosul, informó a Efe una fuente de seguridad local.
El responsable de seguridad de la presa, Mohiedin al Mazuri, explicó que los ataques aéreos fueron lanzados anoche y en la madrugada de hoy en la próxima zona de Eski, donde se concentraban numerosos combatientes del EI.
Los bombardeos destruyeron además unos ochenta vehículos con los que los yihadistas pretendían avanzar para atacar la presa, según Al Mazuri.
Decenas de miembros del EI resultaron heridos, muchos de ellos de gravedad, debido al intenso bombardeo.
La fuente advirtió de que la presa todavía esta amenazada, aunque las tropas kurdas “peshmerga” controlan áreas en sus alrededores.
También destacó que los bombardeos fueron lanzados por helicópteros militares estadounidenses Apache, que por primera vez bombardearon posiciones de los yihadistas cerca de la presa de Mosul.
Fuentes médicas del hospital de la ciudad de Mosul, unos 400 kilómetros al norte de Bagdad, indicaron a Efe que esta mañana recibieron decenas de cadáveres calcinados de combatientes del EI y heridos graves por los bombardeos.
Además, testigos locales revelaron que el EI pidió a la población, mediante megáfonos en las mezquitas, donar sangre para salvar la vida de los heridos.
Este miércoles otros 27 extremistas perdieron la vida en enfrentamientos con las llamadas Fuerzas de Protección de Sinyar en torno a dos santuarios yazidíes en el noreste de la provincia de Nínive, de la que Mosul es su capital.
En junio pasado, el EI lanzó una ofensiva relámpago en Nínive y se hicieron con el control de Mosul, la segunda ciudad del país.
A lo largo del verano los yihadistas extendieron su dominio a importantes zonas del norte de Irak, al tiempo que proclamaron un califato en este país y en la vecina Siria.
EFE