La promoción del acto sexual es explícita y los cuerpos de quienes se prestan a esto están a la vista de los que frecuentan la red. La mujer que vende su cuerpo utiliza un nombre que no existe; se autocalifica como prostituta y cuando ofrece sus servicios alerta que tales favores no son gratuitos, y se asegura de que esto quede claro para evitar malos entendidos
Como la tecnología ha ido avanzando, la pornografía también ha buscado formas nuevas de manifestarse. No sólo se encuentra en videos o en revistas, sino que ahora también libremente en la Internet. Ahí busca su espacio más allá de las páginas que promueven el sexo explícito.
Por consiguiente, en las redes sociales aparece lo pornográfico sin consentimiento del usuario, a pesar de que estas páginas nacen con el propósito de socializar acercando gente afín, para favorecer la amistad y relaciones tradicionales de pareja.
Entonces, aunque algunos pueden buscarla intencionalmente; en ocasiones, inadvertidamente, la pornografía puede invadir su espacio. Además, como el negocio es muy rentable, reinventa formas de llegar a más a adultos quienes pueden ser consumidores a corto, mediano o largo plazo.
1. Sexo en páginas sociales
Hay muchas redes sociales internacionales que se han especializado en encuentros afortunados. Cuando comienzan estos espacios virtuales, su propósito es unir a un hombre y una mujer tomando en cuenta las expectativas de cada uno: edad, nivel de educación deseado, lugar, intereses en común y físico esperado.
Luego estos espacios se transforman en criaderos de pornografía, de estafadores y de gente sin escrúpulos que los invade, hasta conseguir que las redes sociales representen un peligro por los riesgos que corren quienes participan en ellas cuando caen en manos inescrupulosas.
Por consiguiente, la pornografía ha penetrado las redes, donde aparecen quienes están a la caza de chicas jóvenes para hacer, a través de cámara, espectáculos que pueden ir del desnudo a la masturbación. El pago se hace con tarjeta de crédito o telefónica. La promoción del acto sexual es explícita y los cuerpos de quienes se prestan a esto están a la vista de los que frecuentan la red. La mujer que vende su cuerpo utiliza un nombre que no existe; se autocalifica como prostituta y cuando ofrece sus servicios alerta que tales favores no son gratuitos, y se asegura de que esto quede claro para evitar malos entendidos.
A pesar de lo anterior, muchas veces, las prostitutas del espacio virtual se mezclan con las que no son y sí quieren establecer alguna relación ya sea amistad o sentimental. Ésa es la nueva estrategia, aparecer sin aviso para sacar ventaja de la sorpresa y hacer que más de uno caiga y pague sumisamente por servicios sexuales.
2. Público incauto
Aún existen quienes utilizan sanamente los espacios virtuales que promueven la amistad y el amor de pareja heterosexual. No obstante, al margen de la ley, la plaga de la pornografía se cuela a través de quienes captan rostros agradables y figuras sensuales, por un lado, y de las jóvenes que se prestan para este comercio, por el otro, generando rechazo y malestar en quienes todavía creen que el sexo va de la mano con el amor y se practica con responsabilidad.
Igualmente, hay quienes invitan a las jóvenes a tener sexo virtual, a cambio de un pago tarifado o de los hombres que orientan sus propuestas a cuanta joven captan en la red, sin antes cerciorarse de a quién se la hacen aunque terminan encontrándose con un fuerte rechazo de parte de las que no quieren participar en estos actos.
Por otro lado, en las referidas páginas, aunque la orientación es la heterosexual, muchos géneros-diverso acosan a los que tienen una conducta definida en la relación mujer y hombre, incomodando así a quienes terminan por hacer énfasis en que sólo están interesados en relaciones heterosexuales.
Asimismo, al igual que la prostitución se filtra en espacios donde no se busca, existe un público sexo-diverso que, del mismo modo, saca provecho del factor sorpresa para hacer caer a unos cuantos incautos en sus juegos sexuales.
3. Otros males del ciberespacio
No sólo la pornografía se cuela en las redes sociales sino también los estafadores del ciberespacio abundan ofreciendo amor, pero -una vez que la víctima ha caído en sus redes creyendo en un sentimiento de amor eterno y en la promesa de matrimonio- terminan por pedir un favor que se traduce en dinero. Ahí ellos y ellas se ponen al descubierto.
Para lo anterior, se inventan muchos pretextos, como un paquete que envían por el que hay que pagar un impuesto; un negocio para el que necesitan asistencia económica y que deben concretar antes de visitar a quien confía en sus falsas confesiones de amor; una enfermedad de un hijo; en fin, la creatividad siempre está muy presente cuando se trata de embaucar.
Asimismo, hay otras maneras de robar a los incautos, tales como una lotería en la que nunca se participa; un dinero de alguien que murió y al que, supuestamente, quieren transferir, o alguien muy generoso que desea asistir a los menos afortunados. Todas estas opciones se identifican como maneras de estafar a quien se deja persuadir por dinero fácil, y se convierte en blanco de los estafadores del ciberespacio.
En definitiva, las redes sociales nacen con la finalidad de socializar, de informar y de acercar, pero muchos las utilizan para la pornografía, estafas o simplemente engañar, creando rostros falsos para propósitos oscuros. Por ello, es mejor mantenerse en estado de alerta cuando se participa en las muchas redes sociales que han proliferado en las que está presente un lado oscuro representado por pornografía solapada, maleantes, en fin, gente inescrupulosa que busca sacar el máximo provecho de cuanta víctima desprevenida caiga.
Uso consciente de
las redes sociales
** Evita en el chat aceptar cualquier persona, dar información confidencial o poner al descubierto tus anhelos, para no ser blanco de quienes sólo buscan la satisfacción personal a costa de sacar provecho de ti, sin arrepentimiento alguno, e inescrupulosamente.
** Manifiesta abiertamente tu rechazo cuando te ofrecen algo que no buscas como pornografía, y denuncia esto en las mismas páginas para que las cuentas de estos delincuentes sean bloqueadas, o por lo menos presten más atención a estos bandidos del ciberespacio
La voz de la mujer
Isabel Rivero De Armas