Río de Janeiro necesita 70.000 voluntarios sin sueldo para los Juegos Olímpicos y Paraolímpicos de 2016, informó AP.
El COI promueve a los voluntarios como el espíritu de los Juegos, recordando una época en la que los atletas eran amateurs que no cobraban. Los voluntarios desempeñan todo tipo de funciones -reciben a fanáticos, escoltan a atletas, dan direcciones por toda la ciudad- y muchos ofrecen servicios más especializados. Son los rostros sonrientes del país anfitrión, usualmente elogiados en las ceremonias de apertura y clausura por mandatarios y personalidades.
También le ahorran a los organizadores unos 100 millones de dólares en salarios, y quizás más.
«Hay que plantear una pregunta: ¿es un intercambio justo, o hay una desigualdad?», comentó Laurcen Chalip, quien realizó un estudio para el COI sobre los voluntarios en los Juegos Olímpicos de 2000 en Sydney.
Los voluntarios no sólo no reciben salarios, sino que tienen que costear su propio alojamiento y transportación hacia la ciudad anfitriona. Reciben transportación a las sedes y comidas sólo los días que trabajan, además de algún entrenamiento y uniformes.