Ella era una adolescente que fantaseaba con las historias de violencia y venganza. Le gustaban tanto las armas que su padre le regaló un rifle en la Navidad de 1978…fatal error
Detrás de una buena canción suele haber una historia interesante, pero detrás del tema “I don’t like Mondays” (No me gustan los lunes) de Bob Geldof hay una absurda e irracional tragedia que conmocionó a la población de San Diego, California en Estados Unidos, en 1979.
El lunes 29 de enero de 1979, la adolescente Brenda Ann Spencer estrenó un rifle semiautomático que su padre le regaló por Navidad, disparando contra los alumnos de su escuela, situada al otro lado de la calle. Seis horas, dos muertos y nueve heridos después, la joven Brenda habló con la policía para argumentar sus motivaciones: “No me gustan los lunes”.
La chica
Brenda Ann Spencer nació en la ciudad de San Diego el 03 de abril de 1962. Todas las crónicas del momento destacan el intachable expediente social de su familia, pero Los Spencer ocultaban bajo su rutinaria fachada de familia ejemplar un historial de malos tratos y vejaciones infantiles.
Brenda era una buena estudiante, sin embargo, era rebelde, de aspecto tímido y bastante introvertida y durante años, sufrió abusos y maltratos físicos y psicológicos por parte de su padre, mientras que su madre, parecía indolente ante la situación. La música la ayudaba en su desdicha, mientras se iba desquiciando por dentro.
En las navidades de 1978 pidió a su familia una radio como regalo, sin embargo, su padre decidió regalarle un rifle semiautomático de calibre 22. Brenda Ann se puso feliz, pues le gustaban las armas y las historias de violencia que, realmente vivía en su cotidianidad, lo que hacía que, continuamente fantaseara acerca de incidentes agresivos.
Durante algunas semanas, la chica estuvo familiarizándose con el arma, hasta que, el lunes 29 de enero de 1979, mientras estaba en su casa, tomó el rifle, se apostó en una ventana y comenzó a disparar al azar hacia la escuela primaria Grover Cleveland, en San Diego, que se ubicaba justo enfrente de su domicilio.
Cadena perpetua
A sus 16 años, Brenda Ann tenía muy buena puntería. Se reía mientras disparaba. Hirió a ocho niños y a un oficial de policía, asesinó al director de la escuela (Burton Wragg) y al vigilante Mike Suchar, quienes intentaron proteger a los niños y pagaron con sus vidas. La policía acudió, pero Brenda Ann se atrincheró en su casa. El incidente inició un sitio que duró seis horas, al final de las cuáles pudieron apresarla.
Tras su captura, durante el interrogatorio en el cuerpo policial, le preguntaron el por qué de su violenta acción. Brenda Ann se encogió de hombros y respondió: “No me gustan los lunes, sólo lo hice para animarme el día. No tengo ninguna razón más, sólo fue por divertirme. Vi a los niños como patos que andaban por una charca y un rebaño de vacas rodeándolos, blancos fáciles».
Brenda Ann Spencer fue declarada culpable de dos asesinatos y asalto con arma mortal y fue condenada a cadena perpetua con la posibilidad de salir a los 30 años en una institución para mujeres en Corona (California). En el año de 2005, Brenda dijo que, cuando efectuó los crímenes, estaba borracha y había tomado LSD cuando tomo su rifle y disparo.
Precario estado mental
Durante todo este período, el comportamiento de Brenda ha sido extremadamente enigmático. El diagnóstico de su patología ha ido confirmándose con el tiempo: “incapacidad para lidiar con el estrés y una inclinación desmesurada a actuar con ira.”
Algunos incidentes aislados, la falta de arrepentimiento y sensibilidad y su expediente, han evitando, una y otra vez, las revisiones a su pena. La junta de la libertad condicional ha negado por unanimidad hasta tres veces su libertad, siendo la ultima vez en el 2009, al tener ella 46 años de edad. La próxima revisión será en 2019.
Uno de los muchos adeptos y simpatizantes del morbo que intercambió correspondencia con Brenda reveló, a finales de 1988, unos dibujos que le mandó la reclusa que daban cuenta de su precario estado mental. Incluso, en una ocasión, Brenda se escarificó con un clip en el pecho las palabras “orgullo” y “valor”.
Más de 30 años después, Chris Stanley, uno de los niños salvados por los educadores, trabaja en una escuela cercana como maestro y vive, todavía, con el recuerdo perenne de la tragedia y la vocación aprehendida de sus salvadores: “Ellos son los héroes de esta historia para mí”, dijo Stanley, “son personas que estaban dispuestos a todo y literalmente dieron sus vidas por nosotros. Todos estamos aún muy afectados, pero encaramos la vida como viene”
Una tragedia inspiró
una canción
El crimen de Brenda Ann Spencer y su falta de remordimiento inspiraron al músico Bob Geldof, quien compuso el tema “I Don’t Like Mondays” (No me gustan los lunes), donde se comentan los hechos ocurridos en la fatídica fecha. La canción fue un éxito absoluto ese mismo año en Inglaterra y en toda Europa, aunque no en los Estados Unidos, aún consternados por el suceso. En ese país, las cadenas de radio se negaron a promocionarla.
El tema de Bob Geldof también fue interpretado varias veces por otros grupos famosos como Bon Jovi, Tori Amos y otros. También se utilizó como música de fondo para varias series televisivas como Doctor House o The West Wing
Edda Pujadas
Twitter: @epujadas