Aracelys Gómez manifestó que a su vivienda en Trapichito acudieron obreros, con las instrucciones de arreglar su casa, pero al parecer ahora está peor que antes, porque ni baño tienen. La ciudadana denunció malos trabajos que han venido ejerciendo personal que dejaron a cargo de obras
Más de un mes han tenido que pasar sufriendo «las verdes y las maduras» los hijos de la señora Aracelys Gómez, que son 9 en total, y quienes deben espantar las ratas de su vivienda y vivir a media luz al caer la noche, con sólo una instalación para bombillo en su hogar, a raíz de que no les han terminado las obras correspondientes a las mejoras de su residencia, ubicada en la urbanización Trapichito, de la ciudad mirandina de Guarenas, en el estado Miranda.
De mal en peor
Gómez manifestó: «Se que quizás el alcalde Rodolfo Sanz no sabe de esta situación y sólo quiero hacerle una invitación a que visite mi hogar, para que se percate del estado insalubre en el que se encuentra y que aún no ha sido solucionada como le habían afirmado», dijo la señora Arecelys y agregó que ella y sus pequeños deben asearse en la madrugada a las afueras de su casa para no ser vistos por lo vecinos, ya que dentro de la destrucción de su hogar no se realizo ningún ninguna reparación del baño y deben incluso hacer sus necesidades en papel periódico.
En la visita del equipo periodístico de La Voz a esta vivienda, Gómez señaló cómo su casa ha sido afectada de manera significativa por los trabajadores asignado por la alcaldía de Plaza, quienes destruyeron el área del baño y partes importantes que daban vida al hogar, y que perjudicaron enormemente su cotidianidad, a sabiendas que esta familia cuenta con una escasa entrada económica, la cual sólo alcanza para sustentar de alguna manera el alimento de los infantes.
La ciudadana aprovechó la oportunidad de la visita del equipo reporteril de La Voz para hacer un llamado directamente al alcalde del municipio Plaza, Rodolfo Sanz, pidiéndole que visite su vivienda, ubicada frente al vivero cercano a la Unidad Educativa Carmen Cabriles, donde ella debe vivir en medio de una situación precaria y además afectada por una total contaminación, junto a sus 9 pequeños, dos de los cuales fueron atacados la madrugada de ayer por ratas que merodean en todo el lugar, según la denuncia formulada por la afectada.
Daniela J. Hernández R.
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