Debido a la acumulación de cadáveres que había en el hospital Miguel Pérez Carreño, fueron enviados 10 médicos forenses, patólogos, odontólogos y antropólogos forenses que laboran en la morgue, para que practicaran las experticias necesarias y luego serían certificados los decesos de 42 difuntos.
Se trataba de personas fallecidas por diferentes causas naturales y algunas estaban esqueléticas debido al tiempo transcurrido.
Los profesionales de la medicina elaboraron el trabajo el miércoles, desde las 8 de la mañana hasta las 6 de la tarde y ayer acudirían los encargados de firmar los certificados.
La intempestiva orden causó malestar entre los galenos que debieron abandonar sus funciones en la morgue de Bello Monte para trasladarse a otro lugar.
Los médicos han manifestado su molestia desde hace varios meses, porque la dependencia que anteriormente estaba adscrita al Cicpc, ahora está directamente conectada con el Ministerio del Interior y el nombre de Instituto Nacional de Ciencias Forenses fue sustituido por Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (Senamecf).
En horas de la tarde la ministra de Interior, Justicia y Paz, Carmen Meléndez, visitó la morgue de Bello Monte y luego de un breve recorrido por las instalaciones se retiró.
La funcionaria estuvo acompañada por la viceministra de Investigación Penal, María Wandolay Martínez y de otros funcionarios de su despacho.
AA