Ciudadanos alzan la voz para que se atienda al camposanto de Las Clavellinas, que se encuentra en una situación de lamentable abandono y en un ambiente desagradable para los visitantes y familiares de difuntos
En el cementerio de Las Clavellinas, ubicado la ciudad mirandina de Guarenas prolifera la maleza; las caminerías además de star perdidas entre el monto se encuentran en mal estado, la basura se acumula en todos los rincones aun ya pasado el Día de los Difuntos.
Al camposanto acudieron cerca de un millar de personas ese día con el objetivo de visitar las tumbas de sus seres queridos, y una buena parte de ellos comunicaron la urgente necesidad que tiene la directora del cementerio en cuanto al tema de acondicionar las instalaciones del camposanto municipal.
Ciudadanos que semanal o quincenalmente van ver la tumba de sus padres madres, hijos, nietos o sencillamente a la de un amigo, aseguran que desde muchas semanas no han limpiado las áreas cercanas a tumbas y lápidas que están frente a la calle, ni las más recónditas. Sin embargo reconocen que algo se hizo antes del Día de los Difuntos, pero en la necrópolis se continúa igual o en peor estado, corroborándose que no se han desmalezado toda el área, como es la obligación de las autoridades municipales.
Uno de los visitantes sostuvo que hay mucha basura y mucha hierba. “Lo malo son los pasillos, hay gente que tiene su terreno y no lo limpian, es un insulto tener que esquivar el monte y patear hacia un lado los desperdicios».
Y es que perderse aquí no es difícil. Los cúmulos de tierra, vestida de una hierba muy alta, han tapado completamente algunas tumbas, cruces y lápidas. Las caminerías, incluso, están tan serpenteantes que no es extraño que uno termine contra la pared que da al final del cementerio.
Pero es el descuido lo que más llama la atención: las tumbas están deterioradas, las cruces rotas se inclinan hacia el suelo y, como si fuera poco, lo que un día fue grama hoy no es más que piedras.
El abandono que impera en este cementerio es tal que al caminar por él cualquiera puede encontrarse situaciones tales como un montón de arroz que fue lanzado al suelo para alimentar a los perros que permanecen el lugar. Ellos, al parecer, son tratados con más consideración que la memoria de los fieles difuntos.
Ademas se conoció que una gran porción de las tumbas del camposanto han sido profanadas, evidenciando el derrumbe de las misma, donde se puede ver las urnas a simple vista del visitante, ante las acciones vandálicas de individuos que comercializan huesos humanos para rituales de brujería.
Daniela J. Hernández R.
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