El mandatario despegó en la madrugada hacia China, donde asistirá a la cumbre de APEC, en medio de la peor crisis desde que asumió la presidencia en 2012 y de cuestionamientos de la oposición y de familiares y compañeros de los estudiantes
El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, partió este domingo a una gira comercial de seis días a China y Australia, dejando a un país conmocionado y enfurecido por el anuncio de que los 43 estudiantes desaparecidos fueron masacrados.
El viaje «es una burla, demuestra su falta de calidad moral jugando con los sentimientos y la dignidad de 43 estudiantes y es un sinónimo de que no tiene controlada la situación», dijo este domingo a la AFP Juan González, un estudiante de la escuela de la comunidad Ayotzinapa (Guerrero, sur) a la que pertenecen los desaparecidos.
Peña Nieto voló pocas horas después de que una nueva manifestación multitudinaria acabara con un ataque de un pequeño grupo radical al emblemático Palacio Nacional, en el corazón de Ciudad de México.
Una veintena de manifestantes, algunos encapuchados, se apoderaron de vallas metálicas que rodeaban el edificio y las utilizaron para intentar derribar la puerta principal.
El grupo también arrojó cócteles molotov contra la puerta de madera, que llegó a arder brevemente, y pintó el lema «Vivos los queremos», en referencia a los estudiantes desaparecidos el 26 de septiembre en Iguala (Guerrero, sur).
Un vocero de la Fiscalía general dijo a la AFP el domingo que la policía detuvo a 14 personas que presuntamente estuvieron vandalizando la puerta del edificio colonial.
La tarde del sábado hubo otra protesta de estudiantes en Chilpancingo, la capital del convulso estado de Guerrero, donde unos 300 jóvenes prendieron fuego a una decena de vehículos frente a la sede de la gobernación.
Las protestas ocurrieron el día después de que la Fiscalía anunciara que sicarios narcotraficantes han confesado que asesinaron a los estudiantes, quemaron sus cadáveres y arrojaron los restos a un río.
Familiares y compañeros de los jóvenes se niegan a creer que este haya sido el final de un crimen que ha estremecido a México y el mundo hasta que se lo confirmen con pruebas los peritos argentinos independientes en los que confían.
Enojo con clase política
La irritación en México contra su clase política ha alcanzado al presidente, contra quienes los manifestantes del palacio lanzaron gritos de «fuera» y «asesino».
El crimen de Iguala, que para Human Rights Watch es uno de los más graves de la historia reciente de América Latina, dejó al desnudo la profundidad de la infiltración del crimen organizado en autoridades mexicanas.
Los 43 estudiantes de la escuela de magisterio de Ayotzinapa fueron atacados en la cercana Iguala por policías locales, que luego los entregaron a los sicarios del cártel narcotraficante Guerreros Unidos.
El alcalde de Iguala, José Luis Abarca, ahora detenido, está acusado de trabajar para ese grupo criminal y de haber ordenado los ataques por temor a que los estudiantes sabotearan un evento público de su esposa, hermana de tres narcotraficantes.
«Cambiar la conversación»
La primera parada del viaje de Peña Nieto será la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC), del 10 y 11 de noviembre en Pekín, y después realizará una visita de Estado a China.
Posteriormente viajará a Brisbane (Australia) para participar en la primera jornada de la cumbre del G20, que se desarrollará del 15 al 16.Peña Nieto se encontrará con jefes de Estado que han elogiado su paquete de reformas económicas, especialmente una energética que abrió el nacionalizado sector petrolera a las empresas privadas.
El mandatario ha tratado de que la atención nacional se enfoque en su agenda reformista pero el crimen de Iguala devolvió a México al drama de los peores años del combate contra el narcotráfico de su predecesor Felipe Calderón.
Con esta gira el gobierno va a «intentar cambiar la conversación de nuevo», estima el experto en seguridad Alejandro Hope.
Guillermo Barrios / AFP