Reynolds American presentó el lunes un cigarrillo que calienta el tabaco en lugar de quemarlo, con la esperanza de capitalizar la creciente búsqueda de alternativas frente a los cigarrillos tradicionales.
La segunda empresa tabacalera más grande de Estados Unidos informó que comenzará a vender en Wisconsin su producto Revo, que tiene una punta de carbón que calienta el tabaco, en febrero de 2015. Reynolds asegura que el cigarrillo es en «reemplazo» de su producto Eclipse que salió por primera vez a mediados de la década de 1990, con muy poco éxito.
El surgimiento del cigarrillo electrónico —de vapor— ha dado nuevo vigor al interés por alternativas al tabaco. Los productos no dejan olor a cigarrillo y tampoco ceniza, saben diferente de los cigarrillos y son más difíciles de usar. Eclipse ha permanecido aunque con producción limitada y es una de las marcas mejor vendidas en la cafetería de las oficinas centrales de Reynolds.
«La tecnología ‘calentar sin quemar’ estaba adelantada por 20 años, cuando los consumidores ya estaban listos para ella. Se necesitó la presencia masiva de productos de vapor para abrir una base de experiencia que los fumadores entendieron», dijo J. Brice O’Brien, jefe de mercadotecnia de consumo de las marcas Camel y Pall Mall que fabrica Reynolds.
Revo es «una versión moderna del clásico cigarrillo» que, a diferencia de los populares cigarrillos electrónicos que usan nicotina líquida, contiene tabaco real que puede hacer a Revo más atractivo para los fumadores, de acuerdo con el ejecutivo.
La marca será lanzada con una campaña que permitirá a los fumadores saber que es diferente y más difícil de usar que los cigarrillos tradicionales, pero «se quedarán con él porque vale totalmente la pena», agregó O’Brien. Revo costará casi lo mismo que un paquete premium de cigarrillos regulares: unos 6 dólares.
Con los riesgos asociados a los cigarrillos tradicionales y cambios en las expectativas sociales, no hay duda de por qué muchos de los 1.000 millones de fumadores que hay en el mundo quieren dejarlo y buscar otras alternativas. En Estados Unidos, casi la mitad de los 42 millones de adultos fumadores quieren dejarlo cada año, de acuerdo con los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
En años más recientes, las opciones para dejar de fumar han cambiado de los parches y gomas de mascar de nicotina a los cigarrillos electrónicos, mientras muchos aseguran que les ha ayudado a dejar el hábito.