A José Luzardo, Darío Rincón y Jaime Acevedo los sometieron, los maniataron y les dispararon en la cabeza dentro del depósito de alimento en la finca San José. Se presume que dos hombres participaron en el crimen. Los desconocidos se llevaron la camioneta de una de las
víctimas. La investigación se inclina al robo, sin descartar otras hipótesis
A José Luis Luzardo García (38), hijo del dueño de la finca San José, en la parroquia Chiquinquirá de La Cañada de Urdaneta, y a su primo Darío José Rincón Luzardo (50) los ataron de manos, los metieron en el depósito de alimento y les dispararon en la cabeza. Ambos murieron en el sitio. A Jaime Antonio Acevedo (35), encargado de la hacienda, le dispararon en sus costillas y falleció unas horas después en un hospital.
A las 5.00 de la mañana de ayer, Luzardo salió de su casa, en el Kilómetro 28, en su Chevrolet C10 marrón y negra, buscó a su pariente en el sector El 25, y por ultimo recogió a Acevedo. Todos debían llegar a la granja antes del amanecer para alimentar a las vacas y a los cochinos.
El trío llegó a la hacienda y se percataron de que en el patio de enfrente estaban dos desconocidos armados. Jaime, quien tenía a la mano su teléfono celular, se comunicó con Luis Luzardo, dueño de la propiedad y le dijo: “Movete rápido que aquí hay unos tipos armados”. La comunicación se cortó.
Sin comunicación
El dueño del predio contó que cuando recibió la llamada pasaba en su carro por El Callao. El contacto telefónico se cortó, pero al escuchar que había unos desconocidos dentro de su propiedad, se acercó hasta el comando de la Policía municipal de San Francisco, situado
en la parroquia Los Cortijos, y alertó a las autoridades.
Una unidad lo acompañó el resto del camino hasta llegar a la finca. Los efectivos se bajaron de sus unidades junto a Luzardo y revisaron toda la casa, pero no hallaron a nadie. Se fueron a los galpones y al abrir la puerta del depósito de alimento del ganado encontraron amarrados, boca abajo y ensangrentados los cuerpos. Jaime agonizaba, pero sus acompañantes no tenían signos vitales.
Cuatro funcionarios del equipo de criminalística de la delegación de la Policía científica Zulia se presentaron en la hacienda para colectar evidencias. Con ellos llegó la furgoneta, a las 9.00 de la mañana. Minutos después llegaron los detectives del Eje de Homicidios subdelegación La Cañada, quienes llevarán el caso. El equipo completo abrió las puertas negras del galpón y luego las cerraron, pues afuera estaban las hijas y hermanas de las víctimas. Todos lloraron la pérdida.
Vía La Verdad