Muchas veces para ordenar el desorden debe desordenarse. Para reclamar el derecho es necesario desordenar el deber
Cesáreo José Espinal Vásquez
e-mail: cjev@cantv.net
Si acogemos solo la etimología del derecho, viene del latín “directum”, que significa, “lo que está en lo recto sin desviaciones”, aceptada por todos los idiomas, pero ello, no define con plenitud su sentido, propósito y razón.
El “derecho” como el concepto de lo “justo”, no tienen una definición específica y absoluta, confundiéndose el derecho con la justicia y con lo justo, lo que conlleva a comprenderlo por sus antítesis, así, se conoce lo justo por lo injusto y el derecho por su violación, pero asimismo, el derecho es correlativo al deber, es decir, si todos cumpliéramos con nuestras obligaciones como persona y ciudadanos acorde con la ética y la moral, no existiría el reclamo de derechos, en sus más amplias aplicaciones de derechos humanos, derechos sociales, derechos naturales, etc. De tal manera, poco importa calificar el derecho como “jusnaturalista” o “juspositivista”, el derecho es lo justo; y en este sentido, debemos colegir, como se concluyó en el Tercer Congreso del Instituto Internacional de Filosofía del Derecho y de la Sociología Jurídica, celebrado en Roma entre los años 1937-1938, con la participación de los doctos juristas, filósofos y sociólogos Le Fur, Delos, Radbruch y Carlyle, quienes al analizar el concepto, razón y fines de “el derecho del derecho”, determinaron que “el derecho no tiene una exacta definición, por lo que solo se conoce por sus fines de justicia, bien común y seguridad, en sus más amplias interpretaciones y aplicaciones en la sociedad, siendo en definitiva “el derecho justo”, es el ideal social.
El gran secreto de la convivencia en paz, es indudablemente, el respeto, que se inicia respetándose uno mismo en la intimidad y ante la sociedad. Muchas veces lo lícito no es justo, por lo que el derecho del derecho es sacrificado. El derecho debe prevalecer en íntima consonancia con el derecho justo y para llegar a esta sana y deseable convivencia, deberá necesariamente cumplirse con los deberes que el mismo ser humano consciente y con mente sana, por naturaleza o por coacción legal está sometido.
Si el derecho exige ser realmente el derecho justo en sus fines de justicia, bien común y seguridad, esta trilogía conceptual debe ser administrada en beneficio exclusivo de la paz, ajena a intereses personales, violencias, corruptelas y tiranías. Todo ser humano y la misma naturaleza, clama una sociedad de armonía, de cumplimiento de deberes, donde se respete el derecho del derecho.