Varios teóricos quieren meter un reloj en el beisbol u otras reglas. Los bateadores, por ejemplo, deberán permanecer con un pie en la caja de bateo durante cada turno al bate, excepto en el caso de una bola de foul, un lanzamiento descontrolado, que el pitcher le tire la bola a la cabeza para distraerlo o un passed ball
Cuando Mark Appel estaba lanzando en Stanford, el entrenador Mark Marquess ocasionalmente desempolvó un principio del beisbol de larga tradición para recordarle a los jugadores de Cardenales que ninguna ventaja es suficientemente grande como para sentirse seguro y no hay déficit tan abrumador que no se pueda superar. «Él siempre decía: ‘no hay reloj en este juego’. Eso significa que el juego nunca ha terminado. Si estás arriba por 10 carreras, no se puede correr el reloj, tienes que servir para obtener los últimos tres outs», explicó Appel.
Contra ese telón de fondo, Appel experimentó una gran conmoción mientras lanzaba para Salt Rivers Rafters en la recién finalizada Liga de Otoño de Arizona (AFL). Cuando él miró al receptor vio las fugaces señales de sus dedos. Pero, con solo atisbar hacia a la derecha o la izquierda del campo Appel podía ver tres contadores: «20…19…18…17». Aquel no era más que un mandato digital para no perder el tiempo.
Como promedio, el tiempo de juego en la presente temporada de Grandes Ligas superó las tres horas. En la medida que esto sucedía, la liga abrazó la idea de que esa situación se está convirtiendo en un problema crónico. ¿Qué mejor lugar para buscar soluciones a la cuestión del tiempo que en la AFL, una escuela de seis semanas -cada octubre y noviembre- para prospectos?
En el otoño de 2013, la MLB experimentó en la Liga de Otoño con la repetición ampliada y la Regla 7.13 sobre la colisión en el plato. Este año se trató de adoctrinar a los mejores prospectos en el arte del beisbol para que eviten todas aquellas costumbres que desembocan en improductivas pérdidas de tiempo. Cualquier cambio de regla requerirá del esfuerzo mancomunado de la oficina del comisionado y la Asociación de Jugadores. El portavoz de MLB, Pat Courtney, dijo que la iniciativa ritmo de juego (pace-of-time) se está discutiendo en las reuniones de propietarios en Kansas City y que habrá «conversaciones internas y externas en curso» entre MLB y el sindicato durante el próximo par de meses.
Joe Torre, vicepresidente ejecutivo de operaciones de beisbol de las Grandes Ligas, indicó que se sentía alentado después de ver uno o dos partidos de la AFL la semana pasada.
«Me impresionó», dijo Torre. «Yo no era un verdadero fanático de los relojes. Pero los jugadores están informados sobre lo que estamos haciendo y los juegos han sido más fáciles de ver. A partir de todas las pruebas que hemos tenido en la Liga de Otoño, considero que esto ha sido realmente positivo en cuanto a la recopilación de información. Eso es lo que tenemos que hacer antes de que sepamos lo que va a trabajar a nivel de Grandes Ligas».
Muévanse rápido chicos
El AFL, que concluyó con la victoria de 14-7 de Salt River sobre los Peoria Javelinas en el partido por el título, se enfocó en seis áreas en un intento de frenar la marea inexorable hacia el beisbol maratón.
Los bateadores deben permanecer con un pie en la caja de bateo durante cada turno al bate, excepto en el caso de una bola de foul, un lanzamiento descontrolado, que el pitcher te tire la bola a la cabeza para distraerte, un passed ball u otro puñado de interrupciones menores.
La regla de un pie en la caja no se aplicó en el Salt River Field de Talking Stick, donde el reloj de 20 segundos se aseguró de que los lanzadores y bateadores entraran en el negocio lo más rápido posible. Cuando un lanzador sobrepasó el límite de tiempo el árbitro señaló bola. Cuando el bateador tuvo la culpa, dio lugar a un strike.
No había ningún mandato para que los lanzadores estuvieran listos o en realidad tiraran la pelota en los 20 segundos. El reloj de cuenta atrás se detenía cuando el lanzador comenzaba sus movimientos en el windup o hacía la parada (en caso de pitchear de lado). De lo contrario, los corredores habrían sido capaces de medirle el tiempo de lanzar a cada pitcher y robar a voluntad.
En una base por bolas intencional, el receptor hizo una señal con cuatro dedos y el bateador inmediatamente corrió a la primera base.
A los equipos se les permitió un total de tres conferencias en el montículo por partido. A pesar de que puede sonar opresivo, funcionarios de MLB dijeron que era raro que un equipo hiciera dos visitas durante los juegos de la Liga de Otoño.
Un receso máximo de 2:05 minutos estaba permitido entre entradas y los bateadores estaban obligados a estar en la caja de bateo al minuto y 45 segundos.
Un receso de 2:30 minutos fue aplicado durante los cambios de lanzadores. Al igual que el paro de 2:05 entre innings, esa es la misma pauta utilizada por MLB en partidos de temporada regular. Pero los árbitros hicieron un esfuerzo más estricto para hacerlo cumplir en Arizona.
Si los acontecimientos en la Liga de Otoño fueron una indicación, los nuevos procedimientos de ritmo de juego son un trabajo en progreso. Cada día, al parecer, trajo otra vuelta de tuerca o circunstancia inesperada para los jugadores y directivos de AFL digna de reflexionar.
En la primera salida de Appel, fue amonestado dos veces por superar el lapso de 20 segundos. Sucedió una vez, cuando el corredor en primera hizo una falsa ruptura hacia segunda y Appel sacó el pie de la tabla. Y volvió a ocurrir cuando lanzó mal su último lanzamiento de calentamiento y el reloj marcó 15 segundos antes de que uno de sus compañeros de equipo recuperara la pelota.
La regla de las tres conferencias por partido también ha provocado cierto debate. ¿Qué pasa cuando el pitcher lanza una bola rápida mientras el receptor espera una curva y ellos necesitan conversar para arreglar la situación? ¿Debería eso contarse como una conferencia?
«Creo que los árbitros tienen conocimiento de cuándo hay un cruce de señas y esa reunión es algo de seguridad», dijo el prospecto de Colorado Ryan Casteel, un receptor que jugó la primera base en la AFL. «Pero cuando un lanzador está luchando y deseas salir a animarle, darle un golpecito, entonces puede ser difícil. Hay que pensar, ‘¿es este un punto en el que realmente quieres usar la conferencia?’ Yo no soy un gran fan de eso (la regla). Pero sí creo que va a funcionar, es de esperar que puedan hacer algunos ajustes para hacer que valga la pena».
Andy Haines, quien dirigió el equipo de Salt River en la AFL, dijo que los árbitros hicieron un trabajo excelente aplicando la nueva normativa mientras manejaban sus otras responsabilidades. Pero él piensa que los árbitros necesitan la libertad para ejercer el juicio individual en situaciones imprevistas.
«Le digo a la gente: ‘Es más complejo que simplemente tener el reloj'», dijo Haines. «Todas estas variables vienen y en el beisbol las jugadas suceden. No quiero especular para MLB, pero creo que es difícil hacerlo en blanco y negro. Quiero discreción del árbitro involucrado. Usted no quiere que un juego se haya decidido por un tecnicismo».
Una gran cantidad de expertos de beisbol distingue habitualmente entre el tiempo de juego y el ritmo del juego. MLB puede cumplir un partido de 13-11 con 30 hits y ocho boletos que se prolonga durante tres horas y 50 minutos. El juego de 3-1 con ocho hits que tiene una duración de 3:30 es más que un desincentivo para los fans.
Caso en cuestión: el tercer juego de la Serie Divisional de la Liga Americana, cuando el jugador de Baltimore Bud Norris pasó 4 entradas y un tercio mirando sus spikes, dando un paso dentro y fuera de la tabla para provocar en los aficionados una especie de coma colectiva. Le tomó a los Orioles y los Tigres 2 horas y 4 minutos completar cuatro entradas en las que no marcaron carreras y apenas pegaron entre ambos cuatro hits. El juego fue sintomático de toda la postemporada, cuando los juegos duraron como promedio 3 horas, 26 minutos y 18 segundos. Solo la postemporada de 2009 contó con mayores tiempos de juego.
El tercera base de los Nacionales de Washington, Anthony Rendón, podría haberse estado refiriendo a juegos como ese cuando el pasado julio dijo al Washington Post que no mira el beisbol en la televisión porque es «demasiado largo y aburrido». Pero la aversión a los largos y aburridos juegos se extiende por generaciones. El presidente de operaciones de beisbol de los Bravos de Atlanta, John Hart, quien tiene 66 años y ha estado en el beisbol profesional desde 1969, cree que un equilibrio debe lograrse entre la aceleración del ritmo de juego sin interrumpir el flujo natural del beisbol.
Hart sostiene que hay un lugar para la astucia entre líneas. Él retrocede al juego decisivo de la Serie de Campeonato de Liga Americana en 1995, cuando el jugador de Cleveland Dennis Martínez controló el ritmo en la victoria por 4-0 sobre Seattle y Randy Johnson.
«Dennis fue genial en ser capaz de ralentizar el juego», dijo Hart. «Se ponía en un aprieto y tomaba 45 segundos o un minuto. Él se ponía en el montículo a bajar de la tabla, pasear, llamar a su receptor y todo tipo de cosas para detener el ritmo de juego. Hay un arte en eso, si se quiere. Estamos hablando de ritmo de juego, pero aquí hay un chico por ahí que está tratando de jugar el juego y tenemos un reloj artificial sobre él. Ese tipo de situación me molesta un poco».
«Por otro lado, si los chicos son rápidos dentro y fuera del campo, no hay nada malo en ello. También estoy cansado de ver a los chicos que salen de la caja a pasear y demoran innecesariamente ajustándose las guantillas. Me gusta ver un juego de ritmo rápido y creo que todo el mundo está interesado en eso».
Llevado al extremo, el enfoque en el ahorro de tiempo podría llevar a algunos escenarios aterradores. ¿Puede MLB siquiera contemplar la idea de una base por bolas en un momento crucial en la Serie Mundial porque un lanzador permitió que el reloj de 20 segundos expirara?
«Sólo puedo imaginar situaciones grandes», dijo Appel. «Bases llenas y un out y necesitas conseguir un gran out. Te metes en conteo adverso de cero strikes y dos bolas, entonces deseas salirte del montículo, tomar aire y relajarte. No quieres ponerte abajo 0-3. Es necesario marcar el strike. Pero si estás contra reloj, no tienes el tiempo para dar un paso atrás y relajarte».
Como una tarea a largo plazo, la mejor apuesta de MLB podría ser arraigar hábitos positivos en los jugadores más jóvenes con la esperanza de criar más Mark Buehrle, que simplemente reciben la pelota y lanzan. A su vez, buscar la manera de que los bateadores estén seguros de ajustarse las guantillas fuera y no en el cajón de bateo.
Tal vez el nuevo enfoque del beisbol en la gestión del tiempo dará lugar a un retorno del carro del bullpen, además de relevistas que se sientan obligados a llegar a la lomita con mayor rapidez. Incluso podría poner freno a la práctica de los bateadores que se detienen para salir del círculo de espera hasta que no se escuche la música que los identifica. Pero tuvieron que pasar años para que el partido de dos horas y 30 minutos se convirtiera en el juego de 3 horas. Va a tomar un tiempo revertir la tendencia.
«El beisbol ha sido probado y re-probado por más de 100 años para llevarnos el juego que tenemos ahora», dijo Appel. «Cómo afecta el reloj de pitcheo? Solo afecta a la longitud de un juego. Si eso es lo más grande que nos preocupa, siento que las reglas del béisbol son bastante buenas».
Jerry Crasnick
espndeportes.com