Otro hecho característico de un embustero es el no aceptar sus errores y achacárselo a otro y de esa forma el piensa que ha evadido su responsabilidad con el pueblo que representa
Cuando utilizamos una mentira como un hecho real o por realizarse expresamos algo que es contrario a lo que se sabe, se piensa o se cree. El vocablo se esgrime en obstrucción a lo que se considera una verdad. La mentira, por lo tanto, implica una falsedad y es la expresión más connotada de lo que llamamos demagogia y que por lo general es utilizada por los políticos que no teniendo nada que ofrecer, se llena de grandezas convirtiéndose en mentirosos
Lo real y verdadero se sitúa en que el mentiroso cree que los demás son unos pendejos y piensa que los restantes tomen como cierto lo que realmente dice y expresa sea una verdad, un caso muy común en nuestra actualidad política venezolana. Lo grave y delicado consiste es que el político, en su desmedido afán de hacerse popular y ser considerado un ser de avanzada, busca la mejor manera de hacer real lo que realmente es falso y no tiene un sustento verdadero, justo y razonable. Ejemplo son muchos, pero solamente relataremos uno por razones de espacio y el mismo es: “cuando queriendo transmitir que cuenta con el apoyo popular prepara un acto, en un lugar determinado, y lo llena, pensando que la imagen que transmitirán los medios de comunicación lo hará ver como un político popular, pero la realidad es otra ya que los presentes a dicho evento son contratados, a veces pagados, los trasladan masivamente en autobuses de todas las regiones del país, gastado también dinero que costara alimentarlos y en muchos otros casos ofrecerles cualquier otra cosa que lo anime y lo acompañe a ese evento demagógico y mentiroso de demostrar la popularidad de un político”.
Otro hecho característico de un embustero es el no aceptar sus errores y achacárselo a otro y de esa forma el piensa que ha evadido su responsabilidad con el pueblo que representa. Una mentira puede concretarse incluso sin hablar. Un jugador de fútbol que simula haber recibido una patada puede revolcarse en el césped como si sintiera un gran dolor en su pierna, aunque en realidad sólo esté mintiendo para que el árbitro expulse a uno de sus rivales.
Relataremos un hecho real y vergonzoso de una mentira conocido como: “La mentira del Cisne Negro, en el año 2010 se realizó una película de suspenso psicológico dirigida por Darren Aronofsky y protagonizada por Natalie Portman. La historia se centra en las experiencias del personaje interpretado por Portman, una joven bailarina clásica que debe enfrentarse a diversas y peligrosas presiones, muchas de las cuales son típicas del ámbito del arte académico por lo cual el equipo contrató desde el principio de la filmación a Sarah Lane, una bailarina profesional, para hacer de su doble.
Por difícil de aunque parezca, creer Aronofsky y su equipo alimentaron la idea de que Portman había hecho cerca del 90% de las escenas de baile, algo totalmente falso, y que la participación de Lane había sido mínima. La mentira, que en realidad roza los límites del absurdo y la ridiculez, sirvió como estrategia para conseguir que los jueces de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas le hayan dado el Óscar a Portman por dicho papel, puede considerarse una prueba de que el fraude haya dado sus frutos, no valida el engaño y la mentira.
La mentira de las recientes elecciones de PSUV se puede comparar con la mentira del Cisne Negro. ¿Usted que cree?
Salomón Benshimol R. e-mail
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