Dos soldados liberados por las FARC dijeron el miércoles que durante su cautiverio fueron obligados a grabar un video y aseguraron que uno de sus compañeros fue ultimado con un tiro de gracia.
«El día anterior a la liberación, los guerrilleros nos obligaron a grabar un video y de lo que (dijéramos) ante la cámara dependía nuestra liberación», dijo en rueda de prensa en la sede del Ministerio de Defensa el soldado Jonathan Andrés Díaz, quien junto a su compañero Paulo César Guevara fueron retenidos por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, el 9 de noviembre en el noreste del país.
Díaz hizo hincapié en que «los bandidos nos dijeron que de nuestras respuestas en los videos dependía nuestra vida».
El militar agregó que «la meta de ellos (los guerrilleros) era sacarnos de aquí de Colombia (y) pasarnos a Venezuela» pero advirtió que gracias a que el ejército bloqueó los sectores de la frontera por los que eventualmente podían ser trasladados a Venezuela se evitó ese objetivo y los guerrilleros les «dijeron que si ellos se sentían presionados nos iban a matar de todas maneras».
También dijo que un compañero suyo, en medio de un combate en el departamento de Arauca –noreste colombiano–, fue muerto de un tiro de gracia. «A mí me estaban amarrando, el (soldado herido) se movía, se quejaba. Pues llegó el bandido, lo acabó de rematar con un disparo en la cabeza».
En tanto, el soldado Guevara comentó que unos 20 guerrilleros estuvieron siempre custodiándolos y que le decían que «mis padres estaban en Bogotá y que si los quería ver tenia que decir lo que ellos quisieran».
Los dos soldados fueron entregados por las FARC a miembros del Comité Internacional de la Cruz Roja.
AP