El pueblo fue la verdadera víctima de las guarimbas y no sus promotores, entre ellos María Machado y Leopoldo López, éste último privado de libertad por las acciones de violencia y terrorismo que causó la muerte de más 40 personas.
Así lo ratificó este miércoles el teniente coronel Wilmer Herrera, miembro del comité de víctimas de las Guarimbas y del Golpe Continuado, cuyos integrantes consignaron en la embajada de Estados Unidos de Venezuela un documento para rechazar las declaraciones del mandatario norteamericano, Barack Obama, quien pidió en septiembre pasado la «liberación» de López.
Herrera mencionó además que durante las guarimbas— perpetradas entre febrero y junio de este año— de las 878 personas que resultaron lesionadas, 137 son funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y varios de ellos quedaron con secuelas irreparables.
Denunció que la oposición pretende presentar ante el mundo que la GNB era la fuerza agresora, cuando en realidad los efectivos de este cuerpo prestaron sus servicios durante la ola de violencia para tratar «de contener la avanzada fascista, los movimientos vandálicos y terroristas que estaban tratando de desastibilizar el orden interno del país y de acabar con la paz y estabilidad del pueblo venezolano».
Leopoldo López y su partido de extrema derecha, Voluntad Popular, insisten en presentarse ante los gobiernos del mundo y organismos foráneos como los blancos de las guarimbas. Los familiares de las víctimas de esos actos terroristas condenan la mentira de López y exigen al mundo que no se dejen engañar por esa campaña.
Las guarimbas consistieron en acciones terroristas impulsado por un plan denominado «La Salida», en el que grupos de choque con armas de fuego impedían el libre tránsito, incendiaban fachadas y sedes de instituciones públicas y privadas, incluyendo la quema de universidades, atentados contra de niños de un preescolar, el envenenamiento del servicio de agua en Mérida, la colocación de guayas en vías principales y tiros de gracia a quienes se atrevieran a despejar las vías.
«Que se dé a conocer, sobre todo a nivel internacional, cuál es la verdad, quiénes son las verdaderas víctimas. (…) No es posible que ahora estos autores como Leopoldo López, María Corina (Machado) y todos estos dirigentes opositores se hagan ver ante el mundo como las víctimas, cuando las verdaderas víctimas somos nosotros», dijo Herrera.