Cuatro sirios, un palestino y un tunecino, liberados por Estados Unidos de la cárcel de Guantánamo, llegaron en la madrugada del domingo a Uruguay, en calidad de refugiados tras más de diez meses de negociación entre los gobiernos de Barack Obama y José Mujica.
En medio de un estricto operativo de seguridad, que incluyó una veintena de vehículos, al llegar a suelo uruguayo cinco refugiados fueron trasladados al Hospital militar de Montevideo y un sexto ingresado en un hospital público del centro de la ciudad debido a su débil estado de salud, informó la prensa local.
Entre ellos está el sirio Jihad Diyab, que se había declarado en huelga de hambre y acudió a la justicia estadounidense para hacer valer su derecho a no ser alimentado a la fuerza.
«Vienen en carácter de refugiados y el primer día que se quieran ir se pueden ir», indicó Mujica a la televisión estatal uruguaya (TNU) el viernes desde Ecuador, añadiendo que «eso no es una cárcel, es un nido de secuestro».
El mandatario, que se encuentra en México para participar de la Cumbre Iberoamericana, afirmó que su país se negó a exigir que los exreclusos se comprometieran a permanecer en el país sudamericano por dos años tras su salida de Guantánamo, como se había informado inicialmente.
En un mensaje público el viernes, Mujica, que está de camino a México para participar en la Cumbre Iberoamericana de Veracruz, pidió a Washington que libere también a tres cubanos y un puertorriqueño detenidos en cárceles estadounidenses y le recordó a Obama la necesidad de levantar el embargo establecido desde los años sesenta sobre la isla de Cuba.
El mandatario, un exguerrillero que llegó al poder en 2010 y cuyo mandato termina en marzo del año próximo, reclamó la liberación del independentista puertorriqueño Oscar López Rivera, preso en Estados Unidos desde hace más de 30 años, y la de los cubanos Antonio Guerrero, Ramón Labañino y Gerardo Hernández, recluidos desde hace 16 años.
El presidente uruguayo había anunciado en marzo y confirmado en mayo durante una visita oficial a Estados Unidos que aceptó recibir como refugiados a los seis prisioneros, como un gesto humanitario.
Pero la llegada se fue dilatando, Mujica señaló en setiembre que el acuerdo no estaba listo y luego pospuso la decisión sobre el traslado por la campaña electoral, que concluyó con la victoria de su partido, Frente Amplio, en la elección presidencial del 30 de noviembre.
Durante la campaña, el ahora presidente electo Tabaré Vázquez -quien ya gobernara el país entre 2005 y 2010- había respaldado la llegada de los presos indicando que sería «un gesto humanitario».
Acción humanitaria
Los seis detenidos partieron desde la base de Guantánamo a bordo de un avión de la fuerza aérea de Estados Unidos en la medianoche del sábado al domingo (05H00 GMT del domingo) indicó a la AFP un portavoz del Pentágono, Myles Caggins.
Según el Pentágono, tras el traslado quedarán 136 detenidos en la prisión, situada en una base estadounidense en la isla de Cuba y que Obama se comprometió a cerrar.
Esta nueva transferencia se suma a la de otros siete presos en noviembre en el ámbito de la estrategia de Obama, que ha prometido cerrar este controvertido centro de detención antes de que concluya su mandato en enero de 2017.
La prisión en la base militar de Guantánamo fue abierta por Estados Unidos en 2002 dentro de su «guerra contra el terror» tras los atentados del 11 de setiembre de 2001.
«Estamos muy reconocidos con Uruguay por esta acción humanitaria y al presidente (José) Mujica por su rol determinante para dar asilo a estos individuos que no pueden ser enviados a sus propios países», señaló a la AFP Cliff Sloan, designado por Obama como su enviado especial para supervisar el cierre de la prisión.
Según encuestas un 58% de los uruguayos no está de acuerdo con recibir a los detenidos de Guantánamo y sólo 24% respalda la iniciativa.
AFP