Fallas en el suministro de combustibles y escasez de repuestos mantienen en “paro técnico” a transportistas de la Gran Caracas
Ha sido patente en los últimos meses, si se quiere desde comienzos de año, la escasez y el desabastecimiento que se han venido padeciendo en el país, que han abarcado otras arista de la vida de los venezolanos: Repuestos e insumos necesarios para mantener operativa una unidad de transporte colectivo no han escapado a esa realidad.
Esa situación ha conllevado, según explicó Alexis Noda, presidente de la línea Conductores Unidos que opera en el municipio Sucre, a que cerca de 20 % -una de cada cinco, de las unidades que prestan servicios de transporte público en la Gran Caracas se encuentran paradas.
Escasez y altos costos de las piezas de refacción e insumos básicos para hacerle mantenimiento a la unidades, en su gran mayoría de vieja data, han provocado, junto a la reciente dificultada para cargar gasoil, que se colapsen los terminales de Guarenas, Guatire y Caucagua en horas pico.
“La situación está muy difícil para nosotros los transportistas”, explicó Noda. “Un caucho para una de nuestras unidades, que debería costar 6 mil bolívares, a nosotros no los quieren vender a 20 y 30 mil, y eso es solo los cauchos. Francamente, a estar alturas ya estamos considerando salir a la calle y trabajar de buhoneros, porque ya no es posible de otra forma”.
Ese malestar es compartido entre los transportistas que fueron encuestados por un equipo de diario La Voz, quienes aseguraron que otra de sus preocupaciones estriba en las fallas en el suministro de combustible para sus unidades, que les obliga a hacer largas colas y merma en la calidad del servicio que prestan.
Para llenar el tanque
“El gasoil ya no se consigue como antes, y donde los hay se tienen que hacer madres colas, uno pierde una o dos horas si corres con suerte. Si puedes llenar el tanque por la noche vas con suerte, porque de lo contrario vas a perder medio día”, sentenció Arteaga, quien dijo que desde hace al menos 45 días que se han venido presentando estas fallas en el suministro de combustible.
“Para echar gasoil fijo te va a llevar una o dos horas mínimo, y eso sin contar el tiempo que te gastas recorriendo de bomba en bomba, no bajas de tres gasolineras a las que tienes que visitar preguntando si tienen gasoil”, explicó Palermo.
Según dijo Noda, la situación se hace más apremiante en las ciudades satélite, donde los conductores tienen que hacer cola desde las seis de la mañana, hora en que abren las gasolineras, para poder llenar el tanque. “Y eso ocasiona que los terminales se alboroten en las mañanas y la gente no consiga autobús temprano”, dijo. “Como nosotros trabajamos casi 24 horas, y las bombas ahora cierran a más tardar a las 7 de la tarde, solo pueden cargar combustible en las mañanas, mientras, la gente esperando”.
Por su parte Pablo Velache, miembro de la Asociación Civil Conductores Araguaney, dijo: “Aquí los días más difíciles son los fines de semana y los lunes, es terrible: tenemos que andar saltando de bomba en bomba cuando no conseguimos gasoil al lado del Makro de Petare nos vamos para la que está junto al Terminal en La Urbina, o si no vamos a la bomba de Buena Vista en la Francisco de Miranda; si no tenemos suerte nos toca ir a Guatire, saliéndonos de la ruta que cubrimos”.
Averías
“Los cauchos están por las nubes, mientras, el Gobierno habla de Proveedurías de cauchos y repuestos, y la verdad es que uno no cuenta con eso cuando se daña el motor del carro; tenemos que pagar hasta 80 mil y más”, dijo Félix Arteaga, conductor de la Línea Cultura, que cubre las rutas de Petare, La Urbina y San Martín. “Solo por un carburador que antes costaba 3 mil quinientos ahora está a 12 y 15 mil bolívares, si lo consigues, porque de paso no hay”.
Batería, punto de eje, carburadores y cauchos son los artículos que son más solicitados por los transportistas, quienes aseguran que el incremento en los precios de los mismos ha dificultado su obtención.
“La falta de repuestos nos tienen como al resto de las amas de casa: buscando de tienda en tienda por las piezas que nos hacen falta hasta que tenemos suerte”, aseguró Luís Palermo, conductor de la Unión Conductores del Este. “La semana pasada me tocó pararme cuatro días porque el radiador se dañó y no lo conseguía ni nuevo ni usado”.
Según Noda, la inflación ha golpeado a tal grado al sector de los repuestos, que una reparación para el motor de alguna de sus unidades ronda entre 180 a 190 mil bolívares, lo que ha obligado a muchos pararse.
“En la planta de Encava de Valencia hay que hacer colas kilométricas para poder comprar repuestos, lo mismo es con los aceites, los cauchos y con todo”, agregó.
Paro técnico
“La gente y los asociados piden que hagamos protestas o medidas de presión para que el Gobierno tome cartas en el asunto, que entremos en paro para ver si cambia algo, pero la verdad es que ya estamos en paro técnico: que una de cada cinco unidades este parada ni puede tener otro nombre que el de paro”, sentenció Noda.
Luís Guillermo Valera
@LuisGValera