Vivir en paz…es vivir
El Abrazo fraterno, tiene el inmenso significado demostrar afecto, cariño y hasta respeto. La gente hoy por hoy, más que nunca, necesitamos dar y recibir la manifestación física del abrazo, porque nos sentiremos reconfortados y acompañados en nuestros sentimientos tanto en la alegría como en la tristeza.
El bebé recién nacido, el primer cariño que recibe es el abrazo y el beso de su madre, ya no está solo, se siente protegido y el llanto se disipa.
El segundo domingo del mes de enero de cada año, es el día propicio para celebrar el día del abrazo fraterno, pero no con un saludo meramente social, sino hacerlo físicamente con los familiares, vecinos, amigos y con personas transitando por tu mismo camino. El abrazo es conciliación y la conciliación es convivencia en paz, porque vivir por vivir, no es vivir, vivir en paz, es vivir.
Todas las guerras en sus diversos tipos y causas, han terminado hablando y si son las consecuencias de tantas muertes y odios, debemos pensar en agotar la conciliación, la reconciliación y el perdón.
En el segundo domingo de enero, ya ha pasado las festividades decembrinas y de año nuevo y la gente, todos nosotros, celebremos en este domingo la epifanía del niño Jesús, del niño Dios y del niño de la Paz, abrazando su presentación al mundo. . Es indudable que las luchas políticas dentro de sus fines sociales y económicas, han trastocado el libre desenvolvimiento de la personalidad y han convertido a la gente en esclavos del abuso del poder, al extremo de que estamos viviendo una lucha del hombre lobo-hiena contra el hombre, la gente contra la gente, aún dentro de su misma familia, porque ha prevalecido el odio, el rencor y las apetencias personalistas totalitarias desvirtuando el mejor sentido, propósito y acción de la democracia y el socialismo en sus fundamentales principios.
La conciliación es posible entre la democracia y el socialismo ético y humanitario, pero difícil en la democracia corrupta, capitalista, neo-liberal y salvaje y en el socialismo marxista, corrupto, estatista y tiránico, por ser de lesa humanidad.
Al efectuar una comparación a “grosso modo” entre la democracia y el socialismo real y puro, ética y humanista, vemos que la democracia de Pericles, 500 años a.C y el socialismo de Robert Owen en 1836 se concilian en sus fines para el ideal social, pero no con los procedimientos y medios del socialismo marxista y con el capitalismo salvaje. Es inaceptable que el fin justifique los medios.
El abrazo fraterno, deberá buscar para siempre e inspirado en el optimismo y en la alegría en cada segundo domingo de enero, el establecimiento de la conciliación entre el capital y el trabajo, entre el empresario y el obrero; entre todas las clases socales, entre gobierno y oposición para convivir en una sociedad justa transitando los caminos de la congenialidad y execrando el culto a la personalidad y abuso del poder que han sido el meollo del impedimento para el abrazo fraterno en paz.
Cesáreo José Espinal Vásquez
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