Los talibanes irrumpieron en una escuela militar en el noroeste de Pakistán este martes y asesinaron a tiros al menos a 130 personas, la mayoría de ellos niños, en uno de los ataques más mortíferos del país en las últimas semanas.
Horas después del ataque, el ejército paquistaní seguía intercambiando disparos con los militantes dentro de la Army Public School and Degree College, en Peshawar, una ciudad plagada de violencia, a unos 120 kilómetros (75 millas) de la capital del país, Islamabad.
También se escucharon dos explosiones.
Hacia las 3 pm de este martes, no estaba claro cuántos de los cientos de estudiantes estaban todavía dentro de la escuela.
El ejército paquistaní dijo que había replegado a los atacantes a cuatro cuadras de la escuela, y mató a seis de ellos.
La cifra de muertos ha aumentado de manera constante, y las autoridades temen que pueda subir mucho más. El número de heridos era de más de 100.
La mayoría de los fallecidos tenían entre 12 y 16 años, dijo Pervez Khattak, primer ministro de la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, donde se encuentra Peshawar.
Escalaron los muros
En una llamada telefónica con CNN, los talibanes pakistaníes —Tehreek e Taliban Pakistan o TTP— dijeron que seis atacantes suicidas escalaron los muros de la escuela con la orden de matar a los estudiantes mayores.
El Talibán dijo que «entre 300 y 400 personas están bajo la custodia de los terroristas suicidas».
El ejército había dicho anteriormente que la mayoría de estudiantes y profesores habían sido evacuados.
Pasado violento
Pakistán ha visto un montón de violencia, en gran medida de militantes con base en provincias como Waziristán del Sur, Waziristán del Norte y la Agencia Khyber, todas provincias intranquilas en el noroeste de Pakistán, en la frontera con Afganistán.
Es la base de operaciones del TTP, una organización que ha tratado de imponer su versión conservadora del Islam en Pakistán. Han luchado con tropas pakistaníes y, en varias ocasiones, atacaron a civiles también.
Los escolares han estado entre sus objetivos. La más notable de ellos fue Malala Yousafzai, quien sufrió un atentado de los militantes talibanes el 9 de octubre de 2012 cuando le dispararon mientras viajaba a casa.
La adolescente sobrevivió y la semana pasada se convirtió en la galardonada más joven del premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos para promover la educación y los derechos de las niñas en Pakistán y más allá.
«Tengo el corazón roto por este acto terrorista sin sentido y a sangre fría en Peshawar que se está desarrollando frente a nosotros. Los niños inocentes en su escuela no tienen lugar en el horror como este. Condeno estos actos atroces y cobardes», dijo Malala en un comunicado este martes, después de enterarse del ataque.
El ataque más letal desde 2007
Aún así, incluso para los estándares horripilantes de los talibanes de Pakistán, el ataque de este martes puede ser el más abominable.
Este es el incidente más mortífero en Pakistán desde octubre de 2007, cuando cerca de 139 pakistaníes murieron y más de 250 resultaron heridos en un ataque cerca de una procesión por la ex primer ministro de Pakistán exiliada Benazir Bhutto, de acuerdo con la Base de Datos del Terrorismo Global de la Universidad de Maryland.
Recientemente, en la primavera pasada, los talibanes y el gobierno pakistaní estaban involucrados en conversaciones de paz. El gobierno liberó a 19 combatientes talibanes en un gesto de buena voluntad.
Pero las conversaciones se rompieron bajo una ola de ataques de los talibanes y la creciente presión política para que la violencia quede bajo control.
Venganza del Talibán
En septiembre de 2013, miembros del coro y niños que asistían a una escuela dominical estaban entre 81 personas que murieron en un atentado suicida en la Iglesia Protestante de Todos los Santos de Pakistán.
Un grupo escindido del Talibán de Pakistán se atribuyó la responsabilidad del ataque a la iglesia, culpando al programa estadounidense de ataques con aviones no tripulados en las áreas tribales del país.
Y durante los últimos meses, el ejército pakstaní ha estado llevando a cabo una ofensiva terrestre destinada a la limpieza de los militantes. La campaña ha desplazado a decenas de miles de personas.
La ofensiva militar en la región ha provocado represalias mortales.
Mohammed Khurrassani, el vocero del TTP, dijo a CNN que el último ataque fue una venganza por el asesinato de cientos de integrantes de tribus inocentes durante las operaciones del ejército en las provincias, incluyendo el sur de Waziristán, Waziristán del Norte y la Agencia Khyber.CNN