Hechiza tu vida en esta época decembrina
Una vela roja o dorada. De una a tres velas o una vela blanca para cada uno de los presentes. Purpurina dorada. Cerillos de madera.
Pasos a seguir…
Encenderemos la vela navideña (poder de acción y fuerza solar) con cerillos de madera, diciendo:
“Poderes del Sol y de la Luz, en este día, cuando el Sol alcanza su menor fuerza y, al mismo tiempo, comienza su lento camino de renacimiento, cuando nace el niño Dios Sol, os pedimos que iluminéis esta vela con la fuerza del renacimiento y el poder de crecimiento.”
En meditación, frente a la vela, visualizaremos las fuerzas solares fluyendo hacia nosotros. Hecho esto, encenderemos de esa vela central un máximo de tres velas (una por persona si el ritual se hace en grupo) y, tras dejarlas arder unos minutos, las apagaremos sin soplar, dejando arder la vela central.
Las velas así obtenidas se guardarán y, cuando tengamos alguna petición especial durante el año, especialmente si se trata de peticiones de salud, prosperidad, amor o protección, las encenderemos dejándolas arder hasta su total consumición, formulando una oración con nuestra petición y permaneciendo en meditación sobre nuestra petición frente a las velas unos 15 minutos. Al finalizar este pequeño ritual, se recomienda tener preparado un pequeño regalo e intercambiarlo con los demás presentes o, si se hace solo, regalarlo después a alguien a quien tengamos especial estima o sea una persona necesitada.
También se arrojará purpurina dorada al aire, sobre sí mismo y sobre los presentes, y en las entradas de la casa, diciendo:
“Que este polvo dorado ilumine el camino de llegada a la buena fortuna”