La gerencia de Detroit se reunió con el cubano Yoenis Céspedes hace tres años, y los lazos que se unieron en esa reunión siguen vigentes
Tres años después, Yoenis Céspedes no se había olvidado de los Tigres. Claramente, los Tigres tampoco se habían olvidado del cubano.
Cuando los felinos se contactaron con el atlético jardinero vía telefónica en el último día de las Reuniones Invernales, se encontraban en costas opuestas; el contingente de los Tigres en San Diego, Céspedes en su residencia de invierno en el sur de la Florida. Sin embargo, los pensamientos de Céspedes lo llevaron de regreso a la República Dominicana.
Fue ahí donde entrenó en el invierno previo a la temporada del 2012, y donde directivos de los Tigres, como el presidente y gerente Dave Dombrowski, su asistente Al Ávila y el director de escuchas internacionales Tom Moore, lo observaron.
«Recuerda cuando nos reunimos para comer con él y su familia», dijo Dombrowski.
No sólo es Céspedes. El interés de los Tigres por evaluar el talento de los peloteros cubanos dentro de su departamento de búsqueda de talento internacional es más grande de lo que se piensa. Pero hasta ahora, ese esfuerzo no ha llevado a una sola firma.
Detroit no ha contratado a un jugador llegado desde la isla bajo el mando de Dombrowski, pero el club ha adquirido a cuatro peloteros cubanos. Además de los canjes para adquirir a Céspedes y José Iglesias, los felinos firmaron al receptor Brayan Peña como agente libre en 2012, y adquirieron vía un canje al veloz jardinero central Álex Sánchez en 2003.
Céspedes es diferente. Para muchos, existe la creencia de que el cubano hubiera terminado firmando con los Tigres de haberse dado el momento oportuno.
«Pensé que teníamos tremendas posibilidades de firmarlo», indicó Dombrowski. «Teníamos todas las intenciones de hacerlo».
Los Tigres no carecían de jardineros de cara a la campaña del 2012, desde Delmon Young hasta Brennan Boesch y Andy Dirks. Pero no contaban con un jardinero con la capacidad física de Céspedes. Tenían espacio en la nómina tras las expiraciones de contrato de los venezolanos Magglio Ordóñez y Carlos Guillén.
Sin embargo, en aquel momento, Céspedes se encontraba en espera de obtener la residencia en la República Dominicana, un requisito para proceder con el papeleo en los Estados Unidos.
Si la residencia dominicana le hubiera llegado con anticipación, Céspedes se habría convertido en un Tigre. En cambio, mientras los equipos esperaban, el venezolano Víctor Martínez se lesionó las rodillas durante un entrenamiento a mediados de enero.
Una semana después, Prince Fielder se convirtió en un Tigre.
«Eso nos dejó fuera de la puja por Céspedes», lamentó Dombrowski. «Decidimos que Prince nos daría una mejor oportunidad de ganar en aquel entonces, y así sucedió».
Pero nunca se imaginaron que Céspedes terminaría ayudando a Oakland a ganar el banderín del Oeste de la Liga Americana y posteriormente la Serie Divisional contra ellos ese octubre.
«Creo que con Céspedes, lo que nos sorprendió de él fue la rapidez con la que se adaptó al béisbol de Grandes Ligas», destacó Dombrowski.
En primer lugar, pocos esperaban que Céspedes terminaría firmando con los Atléticos. Aunque otros equipos habían demostrado un mayor interés por sus servicios, Céspedes decidió firmar un contrato por cuatro temporadas con Oakland para tener la oportunidad de convertirse en agente libre todavía en la cima de su carrera.
Ese pacto, irónicamente, ayudó a consumar los canjes que al final enviaron a Céspedes a Detroit.
A Céspedes le queda un año más en su contrato original. Los Tigres finalmente tienen al menos una oportunidad más de tratar de ganar con él.
«Estamos felices de reunirnos con él», expresó Dombrowski.
Jason Beck
mlb.com