El papa Francisco presionó el miércoles en su llamado a la unidad y la reconciliación en Sri Lanka con una misa en Colombo para canonizar al primer santo del país y con una visita al norte, desgarrado por la guerra, para rezar en un santuario venerado tanto por fieles cingaleses como tamiles.
Más de medio millón de personas abarrotaron el paseo marítimo para la misa y algunos pasaron la noche al raso para asegurarse un buen lugar. Aparentemente descansado tras un atareado primer día en su gira asiática, Francisco llegó mucho antes del oficio religioso para saludar a la multitud, bajando del papamóvil para besar a los enfermos y discapacitados.
Las campanas sonaron y la multitud estalló en aplausos cuando Francisco santificó al reverendo Joseph Vaz al inicio de la misa. Vaz fue un misionero indio del siglo XVII que revivió la fe en Sri Lanka durante un tiempo de persecución a los católicos por parte de colonos holandeses, que eran protestantes calvinistas.
La Iglesia considera al misionero como un gran modelo para los fieles de hoy, que ejerció el ministerio de la fe entre los dos grupos étnicos de Sri Lanka y se puso a sí mismo en gran riesgo para difundir la fe.
Francisco dijo a la gente que Vaz había vivido en un tiempo, como hoy, en el que los católicos eran una minoría y a menudo perseguidos, y aun así atendió a todos, al margen de su etnia o religión.
«San Joseph nos muestra la importancia de trascender las divisiones religiosas al servicio de la paz», dijo Francisco en su homilía en inglés, después traducida para el público en cingalés y tamil. «Como nos enseña la vida de san Joseph Vaz, la auténtica veneración de Dios da fruto, no en la discriminación, el odio y la violencia, sino en el respeto por lo sagrado de la vida, el respeto por la dignidad y la libertad de los otros, y el amoroso compromiso al bienestar de todos»
El pontífice dijo que la Iglesia actual de Sri Lanka sólo quiere continuar el legado de Vaz de servicio a todos, pidiendo a cambio sólo la libertad de predicar. «La libertad religiosa es un derecho humano fundamental», dijo.
Para subrayar ese aspecto, Francisco regaló a los obispos del país una réplica de un decreto del siglo XVII del entonces rey de Kandy, permitiendo las conversiones de budistas al catolicismo, un mensaje algo provocativo dada la reciente violencia contra musulmanes y algunas iglesias protestantes por parte de extremistas budistas que quieren que Sri Lanka sea sólo budista.
Tras la misa, Francisco voló en helicóptero a la ciudad norteña de Madhu para rezar en el santuario de Nuestra Señora de Madhu, un lugar de peregrinación católico en el que también oran personas de otras confesiones.
Esta es la primera visita de un pontífice al territorio tamil del norte del país, devastado por 25 años de guerra civil, que comenzó por las demandas tamiles de labrarse un estado independiente debido a lo que consideraban como discriminación de la mayoría cingalesa.
Varios miles de personas dieron la bienvenida a Francisco, ondeando banderas blancas y amarillas del Vaticano y protegidos con sombrillas del sol abrasador de la tarde.
El jueves, Francisco pone rumbo a Filipinas para el segundo y último tramo de su gira asiática. Ahí recibirá la bienvenida de un cardenal que quizá podría ser su sucesor, un párroco con apariencia infantil que manejó un autobús y ha impresionado a muchos con su inteligencia, humildad y compasión por los pobres.
El cardenal Luis Antonio Tagle canta en el escenario, predica en televisión y usa una cuenta en Facebook para difundir el mensaje de la iglesia. Sus emotivas homilías, su conducta sencilla y su accesibilidad hacia las masas reflejan algunas de las cualidades de Francisco que han deslumbrado al mundo.
Esas cualidades y su gran conocimiento teológico han permitido que el arzobispo de Manila, de 57 años, reviva la fe entre una ola de secularismo, la competencia con otras religiones, los escándalos de abuso sexual que han sacudido a la iglesia católica y lo convierta en el líder católico más destacado de Asia.
La visita de Francisco a Filipinas, cuyo tema es «compasión y caridad», llega en un momento en que hay un conflicto armado y el archipiélago ha sufrido desastres naturales como los provocados por el tifón Haiyan, que destruyó poblados enteros y dejó miles de muertes en noviembre de 2013 en la provincia de Leyte, a donde el papa acudirá para consolar a los deudos.
«La visita le dará un gran impulso moral y espiritual a las personas por parte de alguien que verdaderamente se preocupa», dijo Tagle el miércoles por la noche en una entrevista.AP