La negociación, que arrancó en noviembre de 2012 a partir de una agenda de cinco puntos, ya ha alcanzado preacuerdos
El miércoles, en su primera alocución a la nación de 2015, Santos advirtió a los colombianos de que este año será complejo y subrayó que, para lograr su propósito de firmar la paz en los próximos doce meses, aún «falta lo más difícil».
El mensaje llega tras la orden de «acelerar los diálogos» con las guerrilleras Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que el mandatario dio a sus negociadores el 5 de enero, el último ejemplo de que piensa cumplir este año con la promesa que le aseguró ser reelegido en 2014: acabar con 50 años de lucha interna.
La negociación, que arrancó en noviembre de 2012 a partir de una agenda de cinco puntos, ya ha alcanzado preacuerdos sobre los tres primeros apartados, referidos a la propiedad de la tierra, la participación política y las drogas ilícitas.
Sin embargo, por delante quedan los polémicos puntos de reconocimiento y reparación de las víctimas de ambas partes y la dejación de armas y el cese el fuego bilateral, aspectos que van a traer elementos difíciles de digerir para la población, cuyo apoyo es ahora esencial para el jefe de Estado.
Por eso, en opinión de Ariel Ávila, analista de la Fundación Paz y Reconciliación, la alocución del miércoles es la prueba de que Santos «está comenzando a preparar el terreno para una serie de cosas que se vienen encima en esta fase».
Este investigador comentó a Efe que lo importante no es el inicio de las negociaciones sobre el cese el fuego bilateral, puesto que ya en agosto se comenzó a preparar este punto, sino que la opinión pública empiece a escuchar conceptos que hoy son algo impopulares.
A esta descripción se ajustan varios temas que el país tendría que «aceptar» si quiere alcanzar la paz, ninguno de ellos fáciles.
La indecisión sobre el cese el fuego se ha visto apenas unas horas después de la intervención del presidente.
Mientras el mandatario evita especificar cuándo, el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, interpretó su declaración para asegurar que el alto el fuego llegará cuando se firme el acuerdo definitivo, pero éste a su vez fue contradicho por el titular de Interior, Juan Fernando Cristo, que habló de «dos alternativas»: llegar al alto el fuego antes o después de la firma de la paz.
Tener el respaldo de la sociedad será decisivo no solo para sacar adelante el proceso de paz, sino para ganar de paso la batalla política en 2015, año de elecciones municipales y regionales en las que se jugarán plazas tan fundamentales como Bogotá.
Vía EFE