Como siempre, en la trama de los “inteligentes” actores de la derecha, se olvidan e invisibilizan lo más elemental, aún cuando siempre se lo han topado en sus narices, ni más ni menos, el actor principal del escenario político-social venezolano de los últimos 16 años: el pueblo organizado y movilizado, despertado y concientizado por Hugo Chávez
Todo indica que ya la derecha política venezolana logró concitarse en torno a una directriz orientada a plantearse, una vez más, la toma del poder por una vía anticonstitucional, antes que perseverar en la lucha democrática; haciéndose eco de las desesperadas exigencias emanadas de los cenáculos ubicados en el Norte imperial: los financistas mayameros y los Halcones del Departamento de Estado estadounidense.
Apoyados en Datanálisis
Estos desesperados analistas y agentes norteños están convencidos que están dadas las condiciones, ahora sí, para arremeter contra la institucionalidad del país y alcanzar por fin el ansiado poder político. La lectura que hacen de la presente realidad nacional es que la popularidad del gobierno y del Presidente Maduro están en sus niveles más bajos, para tal apreciación se apoyan en las últimas encuestas de Datanálisis que ubican al Presidente con un nivel de aceptación por debajo del 20% y, por otro lado, se fundamentan en la acción de saboteo (contrabando de extracción, desabastecimiento, acaparamiento, especulación desmedida, etc.,) que la derecha económica, sostenidamente, ha venido desarrollando en los últimos meses generando un ambiente de zozobra y crispación en la ciudadanía al no poder obtener con tranquilidad, sin angustia, colas y sobresaltos, productos necesarios de la dieta básica y para la vida cotidiana.
Piensan que estos dos elementos: baja popularidad presidencial y malestar creciente en la población son caldo de cultivo como para emprender, en los días inmediatos por venir, una nueva versión de la Salida, (plan insurreccional de López, Machado y Ledezma), que, si bien fracasada el año pasado, ahora sus promotores reivindican como ensayo previo de la nueva arremetida que están por espolear.
No tiene compón
Capriles Radonski, el inefable gobernador ausente mirandino, opuesto tibiamente el año pasado a La Salida con el argumento de que no había pueblo que la respaldara, haciendo gala de la ambigüedad que lo caracteriza, ya saltó a la palestra, en su última rueda de prensa, señalando, que, así lo recogen los medios que le sirven de resonancia, -que ante el fracaso del modelo socialista experimentado por el bolivarianismo, que, según su criterio, ha engendrado una situación de quiebra del país, de parálisis de la producción, de desmedido endeudamiento, de despilfarro, de aumento de la pobreza, de socavamiento de los poderes públicos y debilitamiento, por tanto, de la democracia, con lo cual ha perdido el apoyo popular- se impone, que el pueblo se movilice pues ”…estamos llegando a una situación incontenible… Hasta las piedras claman cambio… Este es el momento perfecto para cambiar el gobierno”… sin caer en la tentación de las guarimbas aunque pidió… “jugar en varios tableros”. Este señor no tiene compón, como es su costumbre, el tira y encoge de siempre.
En su exposición ante los medios, Capriles espetó que “Nicolás Maduro es un error en la historia, pero tenemos que salir de ese error con la Constitución” y anunció que ya había conversado con María Machado y que en las próximas horas hablaría con Voluntad Popular, la Causa R y con Ledezma; y que Chúo Torrealba, como vocero de la MUD, sería el portavoz del plan de acción conjunta que se comenzaría a instrumentar para darle respuesta a la crisis, que según él, acogota al país.
Tufo anticonstitucional
Por su parte la Machado, según reseña del portal del periódico El Nacional, considera que la ruta es clara: la renuncia de Nicolás Maduro, que asuma un vicepresidente que surja del consenso y que se convoque a unas nuevas elecciones. “Después llegaremos a un proceso de elecciones parlamentarias. No puedes decirle a un país que espere un año”.
Así mismo, Cipriano Heredia, uno de los comodines de la derecha más recalcitrante, quien ahora funge de coordinador de un fulano Centro Popular de Formación Ciudadana se pronuncia, también, por solicitar la renuncia del Presidente porque a la crisis económica que padece el país se ha acentuado la violación de los derechos humanos, una ola represiva y el secuestro de todos los órganos del Estado, todo lo cual configura un cuadro dictatorial; por lo que se requiere la renuncia del Presidente Nicolás Maduro y convocar elecciones presidenciales en un plazo perentorio.
El partido Copei, en voz de su presidente Robert Enríquez, para no quedarse atrás también soltó su “hoja de ruta” para salir del Presidente lo más pronto posible, sobre la base previa de ganar las elecciones de la Asamblea Nacional, y, desde allí, proponer el recorte del mandato presidencial lo cual implicaría la convocatoria a nuevas elecciones presidenciales.
Sería conveniente que estos sesudos analistas y fantasiosos dirigentes trataran de explicar, también, cómo es que esas propuestas o salidas se sustentan en la Constitución Nacional, porque el tufo anticonstitucional e insurreccional que las impregna se huele a la distancia; especialmente, el del jugador de ajedrez con varios tableros.
Por supuesto, gentecita como Alberto Franceschi, Iván Carratú, Orlando Urdaneta, Eligio Cedeño, Mezerhane, la Poleo y otros tantos, cómodamente, desde Miami, no se andan con muchos remilgos y plantean por todo el cañón el derrocamiento de la dictadura madurista, para ello ya han soltado una buena cantidad de billetes, de los verdes, para financiar sus aspavientos insurreccionales.
Despertado por Hugo Chávez
Como siempre, en esa trama, sus “inteligentes” actores se olvidan e invisibilizan lo más elemental, aún cuando siempre se lo han topado en sus narices, ni más ni menos, el actor principal del escenario político-social venezolano de los últimos 16 años: el pueblo organizado y movilizado, despertado y concientizado por Hugo Chávez, que por nada del mundo se va a dejar envolver por las asechanzas, artificios o engañifas de sus enemigos históricos, de clase y de Patria. A estas derechas sólo resta decirles que después que se lancen por ese barranco no vengan con la vaina de pedir cacao.
Notas paralelas
Miguel Ugas