Luego de la retención y venta supervisada de 22 mil kilos de pollo, distribuidores del producto en Mérida paralizaron actividades para exigir al ejecutivo nacional la revisión de la estructura de costos, que según sobrepasa los 43 bolívares por kilo.
Manifestaron que en la capital distribuyen cerca de 150 kilos del producto semanalmente. Por lo que temen que al no haber distribución se cree un “mercado negro” que afecte considerablemente el precio y por ende el bolsillo de los consumidores.
Representantes del gobierno regional afirmaron que la medida se produjo porque el pollo estaba siendo vendido a precios “especulativos”, reseña Globovisión.