Miles de argentinos se movilizaron el lunes bajo la consigna «Yo soy Nisman» en reclamo del esclarecimiento de la muerte del fiscal que investigaba el atentado terrorista contra una mutual judía y que había acusado a la presidenta Cristina Fernández de una maniobra para encubrir a los supuestos responsables.
Los manifestantes tomaron la consigna de «Je suis Charlie», que marcó las multitudinarias protestas en Francia tras el ataque al semanario Charlie Hebdo, para expresar su consternación frente a uno de los sucesos de mayor gravedad institucional ocurrido en la última década en Argentina y cuyas implicancias políticas son impredecibles.
Alberto Nisman fue hallado con un tiro en la cabeza la madrugada del lunes en su departamento de Buenos Aires, horas antes de una cita en el Congreso en la que tenía previsto dar detalles de la acusación contra la presidenta. Nisman había denunciado la semana pasada que Fernández había liderado un plan para encubrir a un grupo de iraníes acusados del atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), que causó la muerte de 85 personas y heridas a más de 200 en 1994.
Al grito de «Justicia, justicia» los manifestantes respondieron a la convocatoria que circuló por las redes sociales a pocas horas de conocida la noticia sobre la muerte de Nisman. Uno de los puntos de concentración fue la Plaza de Mayo, frente a la casa de gobierno, donde se produjeron algunos incidentes entre la policía y un grupo de manifestantes que pretendía superar el vallado de seguridad que rodea al palacio gubernamental.
Otros se apostaron frente a la residencia presidencial en el suburbio de Olivos, al norte de la capital, donde reside la presidenta. También hubo marchas en ciudades del interior del país.
En carteles improvisados escritos a mano resaltaban las frases «Yo soy Nisman», «Nisman gracias», «Cristina asesina» y «Basta de atropellos».
«Yo sabía que eran corruptos, pero no asesinos», dijo a The Associated Press Fernando Lucero, un abogado de 41 años. «Estoy conmocionado, espero que la justicia investigue y si el gobierno es responsable que vayan presos».
La autopsia al cuerpo de Nisman reveló que el fiscal se disparó en la sien con un revolver calibre 22, pero los investigadores no descartan la hipótesis del «suicidio inducido».
La muerte del fiscal generó una fuerte conmoción social que se expresó en marchas en varias ciudades del país pese a que la mayoría de los argentinos se encuentran de vacaciones de verano. Otros se manifestaron golpeando cacerolas desde balcones de los edificios.
«(A Nisman) Lo mató el gobierno porque destapó todos los negociados», opinó la jubilada Stella Maris López, de 63 años. «Acá tendría que estar toda la sociedad movilizada, pero los argentinos somos demasiado dóciles», se quejó.
En una carta difundida en la noche del lunes, la presidenta Cristina Fernández dijo la muerte del fiscal generó «estupor e interrogantes», pero deslindó a su gobierno de toda responsabilidad en el trágico suceso.
La semana pasada Nisman había pedido que Fernández, el canciller Héctor Timerman y allegados al gobierno fueran indagados por el presunto encubrimiento de los iraníes sospechosos del ataque a la AMIA.
Según la acusación de Nisman, la presidenta y su canciller «tomaron la delictiva decisión de fabricar la inocencia de Irán» para acercarse a ese país con el fin de «saciar intereses comerciales, políticos y geopolíticos».
Para la justicia argentina Irán financió y ejecutó el ataque contra AMIA. Teherán siempre negó cualquier vinculación con el ataque.AP